Hay mucho por compartir, mucho de que hablar, pero es preciso seguir el viaje y seguir confiando y amando y dejándonos amar. Don Pedro Isola y las 4 personas que sobrevivieron todos descansan junto al Señor y Maria en compañía con sus seres queridos que viajaron antes que ellos.
La vida es tan fugaz que apenas nos alcanza el tiempo par hacer el bien.
Hace 36 años que un grupo de Misioneros entre ellos estaba mi Abuelo Marcial Cabrera y su Hermana Olga Cabrera de Castro, decidieron llevar vida al pueblo de Seclantás y a entregarla por completo.
Me atrevo a pensar que cada uno de ellos cuando comenzaron el viaje rumbo a Seclantás, estoy convencido lo repito, que cada uno de ellos, solo pensaba en su corazón, que a donde fueran que vayan, Jesús los estaba esperando. Lo que ellos nunca imaginaron y no me canso de repetirlo de nuevo, que estoy convencido y miro con ojos de Fe, nunca se hubieran imaginado que Jesús los esperaba ese día, los espera para hacer un viaje de retorno a la casa del Padre, un viaje de VIDA ETERNA.