miércoles, 16 de abril de 2014

el Estilo de Dios; Lavar los pies (tercera parte)

El gesto del lavado de los pies nos introduce en el misterio que sigue con la institución de la Eucaristía, más bien diría no podemos entender uno sin el otro. Cada Jueves Santo fuimos intentando desentrañar la invitación por parte de Jesús de vivir su estilo que consiste en lavarnos los pies unos a otros.


“Yo les di el ejemplo para que ustedes hagan los mismo”

Imaginemos con que ternura Jesús les lava los pies a los Apóstoles, los mira a los ojos, los llama por su nombre y les dirige palabras especiales a cada uno de ellos. Cuando les habla en la Cena es verdad que habla con todos pero no tiene un encuentro personal con cada uno de ellos. El lavado de los pies es desafiante, Jesús ve en cada uno de ellos la presencia de su Padre, al que ama y sirve.

¿Qué significa lavar los pies?

Significa decirle al otro sos importante para mí, te amo, te quiero como sos, con tus defectos y con tus luces. Es vital amar y dejarse amar, si alguien no es amado, puede sentir que no es capaz de amar y de recibir amor, que es en cierta manera malvado, alguien que tiene una imagen de si negativa solo deseara hacerse cosas negativas a sí mismo o a los demás.
Por ejemplo; las patotas… no será el grito de nuestro jóvenes que están queriendo decir a los adultos; ¡Che préstennos atención! Y como no encuentran a Papa y Mama se entregan al caudillo del grupo y caen en las drogas y en la delincuencia.


¿Qué significa lavar los pies?

Admiramos y obedecemos a quienes hacen cosas grandiosas y brillantes, los ponemos en un pedestal. Pero la admiración no es amor. Saben una cosa, las personas admirables no nos necesitan, se bastan así mismas, son autosuficientes. El amor implica proximidad, reciprocidad, cuando alguien ama necesita al otro, ambos deben ser vulnerables… basta de espiritualidad de seres angelados, miremos a Jesús se hizo vulnerable, dejo que María su Madre lo alimentara, que San José lo cuidara y le enseñara el oficio de carpintero, miremos en los evangelios pasados “estaba cansado” y le pidió a la Samaritana agua.
La historia de la humanidad cambio desde que Dios se arrodillado nuestros pies, rogando por nuestro amor.

¿Qué significa lavar los pies?

Quizás quiere revelarnos la manera de ejercer la autoridad, a través de la humildad, el servicio, la cercanía del amor, a través de la proximidad de los corazones, con amistad, con apertura y sencillez, cerrando la brecha entre los que mandan y obedecen.
Miremos la figura de San Francisco de Asís, en una exhortación escribe a  los conductores de su fraternidad.
Y bendito sea este sirviente, que no se coloca en una elevada posición por su propia voluntad y desea siempre estar bajo los pies de los demás..

¿Qué significa lavar los pies?

Todos sucumbimos en mayor o menor medida, a la tentación del poder y el reconocimiento, esta tentación me resulta muy familiar, porque muchas veces la siento en mi mismo como en los movimientos y comunidades donde alguna vez participe. A veces es más fácil para mí aceptar la experiencia de ser reconocido por alguna meditación algo que escribí o dije que más bien sentarme y compartir mis miedos, sufrimientos, alegrías y así compartir humildemente mi vida.

¿Qué significa lavar los pies?

El mensaje es claro, permanecer cerca de la gente, especialmente de aquellos que están solos, débiles y necesitados, ser su amigo, su hermano. Saben una cosa, esto es muy importante aprender y no olvidar, cuando compartimos con los pobres y débiles, nos impiden de caer en la trampa del poder, de pensar que somos nosotros los buenos, los espirituales, que debemos salvar al Salvador y a su Iglesia como así también a los diferentes movimientos y comunidades. Al acercarnos a los pobres y débiles comenzamos a aceptar nuestra propia riqueza y debilidad, nos hacemos sensibles a las necesidades de los demás, renunciamos a controlarlos y aprendemos a exclamar al prójimo y a Jesús;

-¡no puedo hacerlo solo! Necesito tu ayuda.