Al contemplar a Jesús en el huerto de los
olivos descubrimos que la vida es una lucha… que se gesta en la oración, me
llama mucho la atención ver a los Apóstoles dormidos, duermen, el Señor lo
reprende
-¿Por qué duermen?
El Señor en la noche del huerto necesitaba
del consuelo humano, pero sus apóstoles dormían, lo mismo nos pasa a nosotros
cuando nos dormimos indiferentemente al dolor del otro.
Miremos
a Cristo el Hombre del Silencio:
Un mundo que teme al silencio y vive
ensordecido por tanto barullo. Una de las grandes agresiones del tiempo en que
vivimos es precisamente esto: hacer desaparecer el silencio, hacerlo callar. Se
tiene la impresión que el hombre de hoy viva mejor en medio del ruido
ensordecedor
El silencio da miedo. No deja dormir.
Provoca escalofríos. El silencio no se identifica de una manera absoluta con el
mutismo y la supresión del ruido, no tiene que ver con eso. El verdadero
silencio no es nunca una actitud egoísta. El silencio egoísta o cobarde es la
máscara horrible de la prudencia mal entendida, del cálculo, de no
comprometerse, del deseo obsesivo de no tener problemas, el quedar bien, lo
políticamente correcto una frase muy usada en nuestros días, también es el
miedo de ponerse con la parte más débil, la incapacidad de tomar posturas
contra la injusticia.
El verdadero silencio es fruto del
coraje... silencios santos más que costosos, para no herir, ni humillar. Es el
silencio "sacrifical" de Cristo en la Pasión , frente al escarnio,
la calumnia, las acusaciones injustas.
En la medida que crezcamos en silencio
vamos a crecer en oración, ya que algunas veces hablamos, hablamos, pedimos,
pedimos y no escuchamos a Dios.
Cristo
el Hombre que se compadece
El Señor nos invita a ponernos detrás de
Él, escuchemos profundamente esa llamada, todos somos los amigos de Jesús,
porque somos el pueblo de Dios. Este ponernos en marcha es una invitación a
vivir el estilo de Jesús, nosotros venimos seguramente marcados por el dolor
del sufrimiento, del abandono, el dolor de la frustración, el dolor por lo que
yo sufro o puedo sufrir en carne propia, o por ver que no puede emprender el
camino de la vida con entereza, quizás muchos hacemos como propia la aclamación
del Salmo:
Dios mío, Dios mío, ¿porque me has
abandonado?
Si sos Madre Soltera, no te sientas
excluida, si tu Matrimonio se quebró, no te sientas excluida, se no encuentras
trabajo por tu edad avanzada, espera en el Señor no te sientas excluido, Nadie
puede sentirse excluido, quizás alguien
pueda decir; pero yo soy pecador, no importa que se grabe en el corazón lo que
Jesús rezaba en la Cruz ,
- Padre, perdónalos porque no saben lo que
hacen.
Esa expresión sostiene nuestro camino de
renovación interior.
Venzamos resentimientos, la vida merece
vivirse. La vida debe vivirse según el estilo de Jesús, que no es otra cosa que
dejarnos mirar por Cristo, para vivir el estilo de Jesús y así pasar de una
actitud egoísta a una actitud generosa,
¿cómo hacerlo? En el relato de la Pasión me parece que hay como dos grupos bien
definidos; los Incapaces de Compadecerse;
los Sacerdotes del Sanedrín, Herodes que lo ridiculiza, incluso las autoridades
romanas que se burlan en la cruz, el mal ladrón. Y por otra parte están los que
tienen capacidad de compasión; Jesús
que se compadece de las mujeres de Jerusalén, el Cirineo, el buen ladrón que
reconociéndolo se compadece del Señor, y Jesús de nuevo que se compadece de
todos nosotros en el buen ladrón y a todos nos dice; que si somos capaces de
compasión, hoy estaremos con El en el paraíso.
Todos sentimos la tentación de encerrarnos
en nosotros mismo, el egoísmo, el dolor, este clima de alta competencia, todos
estamos llamados a dejarnos mirar como el buen ladrón. Tenemos que ir al
paraíso con esa capacidad de compasión, de no sentirnos solos, de no sentirnos únicos
y excluir, sino de ir con el otro, con el que sufre, porque eso nos hará a
nosotros capaces de experimentar la compasión de Jesús.
Cruz
Por último como todos los Viernes Santos les traigo testimonios
de jóvenes que luchan por salir del flagelo de las adicciones… solo contemplemos… el dibujo de un joven al
que se le pide que retrate como esta en el presente y como se ve en el futuro…
solo contemplemos…
Tener una Cruz es un privilegio, es un
honor… porque tuvo que existir una CRUZ para darle sentidos a las demás cruces,
a la tuya y a la mía, que misterio más grande… volvamos a nuestra Familia y
tomemos en serio la vida Familiar, recuperemos el sentido de una Cruz fecunda,
el mundo sufre y este sufrimiento tiene que ver con nuestra incapacidad de
apostar por la familia, les pido por favor no dejemos nuestra familia para
servir en nuestras comunidades, porque el amor primero comienza por el hogar,
no descuidemos los vínculos... nuestros hijos, esposos y esposas, nuestra
familiares también sienten la necesidad de ser servidos por ustedes, Familias
más bien emprendan el viaje... y cuando llegue el momento serviran juntos,
porque Dios está en nuestro hogar y por ahí pensamos que está afuera.
Sobre el Calvario, se observa, no se
razona. Se contempla. Se aprende. “El Verbo se ha hecho carne”. El es la
palabra de Dios, pero es precisamente aquí cuando nos habla en forma más
elocuente. Cristo sobre la Cruz
nos anuncia en silencio lo que Dios ES y HACE.
El Calvario se transforma, por lo tanto, como suprema manifestación de
Dios, su Cruz como la más alta cátedra que existe en el mundo.
Es evidente que nuestro conocimiento de
Dios será tanto más profundo y completo si vamos al Calvario no como
espectadores, sino como protagonistas; si no nos limitamos a contemplar la cruz,
sino que nos acostamos sobre ella. La pasión es un drama de muerte y de vida
que personalmente es revivido en la propia vida, en la propia carne.