martes, 21 de febrero de 2012

tu rostro Señor


La Cuaresma es una cuestión de amor, como la vida misma, es viajar, introducirnos en nuestro corazón ahí donde habita el Espíritu Santo y desde su interior al Corazón de Cristo; y por El al Corazón mismo del Padre.

Cuaresma es un viaje interior… profundo… es recorrer las sendas donde se maduran las decisiones, nuestros pensamientos, el modo de leer la vida. Viajar al corazón es descubrir la presencia de Dios, su morada santa, “entre el corazón de Dios y el corazón del hombre no existen distancias”

Decía que cuaresma es viajar al corazón ahí donde se gesta nuestro modo de ver la vida; muchas veces miramos la vida muy por la superficie, desde la búsqueda de la fama, de una felicidad mal entendida, de querer pasarla bien desde lo físico. Muchas veces nos dejamos llevar por una lectura que nos hace valorar a las personas por lo que tienen, por lo que aparecen, y a nosotros mismos también.
Cuaresma es una invitación a superar, frivolidades, superficialidades, a mirar la vida, nuestra vida como la mira Dios, es una invitación a descubrirnos desde la mirada de Cristo, que nos trae al Padre.

“Mi corazón sabe que dijiste: Busquen mi rostro. Yo busco tu rostro, Señor. Salmo 27,8”

un rostro Paternal, que siempre está expectante… El mira desde la ventana para ver si detrás de los cerros... aparece su hijo (prodigo), todos los días se asoma por la ventana con la convicción “ya volverá” el nos espera… el te espera… ¡el Padre te espera!

Cuaresma es una invitación a tomar la vida en serio, a sabernos descubrir, delante de Dios, sin miedo… porque el tiempo cuaresmal nos va quitando miedos… es un tiempo de reconciliación de sincerarnos… “Yo pequé”, y con la tranquilidad… porque mi miseria se enfrenta con el rostro de la Misericordia de Dios.

Cuaresma es un tiempo precioso, porque podemos viajar al amor, que es Dios, aprendiendo a despojarnos de aquellas cosas… que no nos dejan ser libres, pero cuidado, mucho cuidado, porque podemos frivolizar, aun la vida religiosa, el ayuno, la oración y la limosna. “Cuidado con hacer esas cosas para que los miren”, porque eso sería frivolizar la Cuaresma. Hay que tener cuidado con reducir la oración a momentos para aparecer, porque frivolizamos lo sagrado, nos quedamos en la superficie.
El Papa Benito XVI nos dice; la cuaresma es un llamado a competir en la caridad,en el servicio y en las buenas obras, Ante un mundo que exige de los cristianos un testimonio renovado de amor y fidelidad al Señor.

“que tu mano izquierda ignore lo que hace tu mano derecha”

Cuaresma es penetra lo secreto... “cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando oren, no hablen mucho, como hacen los paganos: ellos creen que por mucho hablar serán escuchados. No hagan como ellos, porque el Padre que está en el cielo sabe bien qué es lo que les hace falta, antes de que se lo pidan”

La imposición de las cenizas por un lado es penitencial y desafiante... porque nos limpia, antes se usaba la cenizas para purificar las cosas, “Señor que las cenizas, limpien nuestro rostro, nuestra mirada, para que tu rostro Señor, sea nuestro rostro. También las cenizas es signo de precariedad, de fragilidad “recuerda que del polvo vienes y al polvo volverás” y por otro lado es preludio del fuego Pascual.

La Cuaresma empieza con ceniza y termina con el fuego, agua y la luz de la Vigilia Pascual. No desviemos el camino, emprendamos la marcha...