jueves, 29 de diciembre de 2011
Sagrada Familia
Celebramos con alegría la Fiesta de la Sagrada Familia de Nazareth, esta vez lo hacemos un día viernes.
Navidad es la fiesta de la palabra de Dios que entra en la humanidad haciéndose niño.
Todo lo que Jesús, es, hace y dice, todo nos revela, todo nos habla del corazón del Padre. Y ligado a Jesús, explicándonos el proyecto del Padre, mostrándonos la lógica de Dios, esta la Sagrada Familia.
El año Dedicado a la Sagrada Familia, huele a huerto, a pesebre, con Jesús José y María, fue el año de restablecer y recrear vínculos, porque cuando Dios quiere comenzar algo nuevo lo hace desde la Familia, ya lo hizo a lo largo de la historia de Salvación, paso con Abrahán, con Jacob y con la Sagrada Familia de Nazareth.
A la Luz de la Sagrada Familia contemplemos “Si supiéramos cuánto dolor, cuantas pruebas tuvo que pasar la Sagrada Familia de Nazareth, que sorpresa nos llevaríamos.
Sta. Teresa del Niño Jesús"
José, dudo al verla embarazada a María, es más, quiso abandonarla por amor para que ella no sea apedreada pero cuando el ángel se le aparece en sueño confió en el Señor y custodio la vida de Jesús y de María, el Camino de Belén fue duro más desalentador fue no encontrar posada, para que hablar del pesebre, contemplemos, era una Familia común, con dolores, hastió, con un amor nada común. La familia de Nazareth tuvo que enfrentarse con muchos problemas.
el esfuerzo de una Familia
Jesús nace en un pesebre, aquel que es grande se hace pequeño muy pequeño en todo.
¿Que esperaban los judíos, un líder político, que tenga poder, fuerza para restaurar el reino de David? sin embargo Jesús nace en un pesebre, en una cueva, rompe las estructuras, esa es la lógica de Dios, asombra.
José que en sueño el ángel le confirma que lo que estaba en el vientre de María era obra del Espíritu Santo, no duda en la providencia de Dios, todo lo que podía darle era un pesebre, todo lo que pudo conseguir es un pesebre, la Sagrada Familia asume su dignidad de Pobre, no se quejo de tal suerte que tuvieron que correr, no dudo de Dios, José miro el resultado, los frutos del esfuerzo, su norte era otra estrella, la voluntad de Dios.
Vivimos en una sociedad de comodidad, no es que este contra el progreso tecnológico que ayuda y contribuye a mejorar la vida del hombre, sino que nuestros mayores han aguantado los calores sin aire acondicionado, tenían abanicos de manos, cada vez que pienso en los misioneros que sembraron la palabra de Dios andando en caballo, aquella gente estaba hecha de otra pasta, lo que sucede es que afrontaban las dificultades de la vida con normalidad, en cambio nosotros cuando tenemos un problema tenemos 2 problemas; 1) el problema en si 2) el problema de tener problema. Pareciera que no estamos preparados para tener problemas y tenerlos es normal. Demos asumir los problemas y enfrentarlos con responsabilidad.
¿Esfuerzo? palabra cursi, anticuada ¿verdad? Me imagino la inquietud de José por encontrar pronto un lugar para que María pueda dar a luz, me imagino la preocupación de tener que mudar a otro país porque corría peligro la vida del niño, me imagino el esfuerzo de José, el hombre justo.
Y nosotros ¿Cuánto esfuerzo ponemos? el ritmo de una sociedad cada vez mas codiciosa, utilitaria, consumista, hizo perder el centro del esfuerzo del sacrificio del hombre, miremos el mundo del trabajo, ponemos tanto esfuerzo y sacrificio, soportamos maltratos… abusos de poder… renuncias… y tantas cosas… ponemos tanto esfuerzo, tantas fuerzas por aquello que nos da dinero, plata (que no está mal porque se debe mantener a la Familia) pero cuando hay que mantener la unidad, la paz, el amor en la Familia, no ponemos las mismas fuerzas… nos cuesta… ¿por qué?
Contemplemos a la Sagrada Familia asumieron con responsabilidad la vida a pesar de todos los reversos que tuvieron que pasar.
El precio de la Familia
Unos estudios revelan que la adolescencia cada vez, con el paso del tiempo se extiende más, ahora llega aproximadamente hasta los 21 años. Yo diría y muchos más… porque al mirar algunas Familia desunidas, enfrentadas, distanciadas, siento que todavía son adolecentes…
¿Qué es un adolecente? Alguien que lo quiere todo, lo quiere ya y no le debe nada a nadie o no quiere pagar ningún precio por eso que quiere y que lo quiere ya. Un adolecente es alguien que no quiere tener nunca un problema, esta siempre huyendo del problema, y esto es imposible para la vida familiar.
¿Tu quieres estudiar en la universidad? tendrás que pagar el precio de estudiar, ¿quieres ser bien considerado en tu trabajo? tendrás que cumplir los mandados, ser puntual. Todo tiene un precio, o sino te gusta la palabra podemos decir que todo tiene un sacrificio.
Cuando tú pensaste en formar una familia, ese planteamiento te existe cuando elegiste ese hombre, elegiste esa mujer, tienes que asumir que tienes que pagar un precio, el precio de la familia, pues en todos los orbes de la vida hay dificultades, no se puede andar huyendo… ¿huyendo? Si conviviendo en un mismo lugar sin hacer ningún esfuerzo por afrontar ese problema, huyes a tu esposo, huyes a tu esposa.
Y si no se paga el precio de la familia, vas a pagar el precio de no tener familia, si no le dedicas tiempo a tu esposo, si no dedicas tiempo a tu esposa, vas a pagar el precio de la ruptura, sino pagas el tiempo de dedicarle tiempo a tus hijos, vas a pagar el precio de tener hijos mal educados, no se puede pretender que todo se nos dé gratis, es necesario afrontar la vida de familia, con responsabilidad, ya esta… ya está bien, dejemos de lado el querer seguir siendo toda la vida unos adolecentes.
María y José eran jóvenes, pero supieron asumir con responsabilidad la vida, lo repito eran jóvenes, ¿qué nos pasa a los adultos?
Los Vínculos
La familia se edifica desde la inter-relación con lo demás, desde los vínculos, desde la entrega y donación, porque no hay familia si no hay donación ¿donación? Sí y también Sacrificio, Servicio, Renuncia, Aceptación, Agradecimiento. La Familia no se realiza desde el acumular sino más bien desde el desprendimiento.
Los Padres deben saberse desprender de sus hijos e invitarlos a sus hijos a desprenderse.
Los hijos deben asumir su rol en la familia siendo hijo.
Debemos gestar en el hogar el agradecimiento. Aun no entendemos que la Familia es un don, un regalo, la vida es un don, la vida nos fue dada y es propiamente humano saber agradecer. Hoy los hijos no saben agradecer porque sus Padres no les enseñaron, entonces van gestando una conciencia en que todo tiene que ser dado, mi Mama mi tiene que dar, mi Papa me tiene que dar pero yo hijo debo ser agradecido debo darme también.
Cuantos hijos dejan abandonados a sus Padres ¿cuántos? O ven a los Padres como una carga. Recuperemos la capacidad de ser agradecido.
En el Libro del Eclesiástico como en la Carta a los Colosenses. La exhortación de la Palabra de Dios es por demás clara, es una invitación a vivir aquellos vínculos más entrañables en el seno de la familia:
“El que honra a su padre expía sus pecados, y el que respeta a su madre, es como quien acumula un tesoro.
El que honra a su padre encontrará alegría en sus hijos y cuando ore será escuchado. El que teme al Señor honra a su padre. La ayuda prestada a un padre no caerá en el olvido. Cuando estés en la aflicción, el Señor se acordará de ti.
El que abandona a su padre es como un blasfemo y el que irrita a su madre es maldecido por el Señor”.
¡Qué fuerza tienen las palabras del texto del Eclesiástico!. ¡Qué actualidad tiene la Exhortación de la Carta a los Colosenses!:
“Revístanse de sentimientos de profunda compasión, practiquen la benevolencia, la humildad, la dulzura, la paciencia, sopórtense los unos a los otros, y perdónense mutuamente siempre que alguien tenga motivo de queja contra ustedes”.
La familia es un don de Dios. Tenemos que mirar con realismo la situación de tantas familias, pero tenemos que renovar la confianza y la esperanza, creando un mundo donde sea posible vivir el amor en la entrega, un mundo donde creamos que darnos vale la pena, un mundo donde nos ilusionemos recreando hogares desde nuestro hogar.
Y los vínculos con la vida ¿cómo están? En el fondo tenemos miedo a la vida por eso buscamos la seguridad, nuestra propia protección, es tan grave el temor a la vida que hasta de los niños tenemos miedo, lo consideramos como unos rivales, desde el seno de la madre hasta los pequeños niños que caminan. Y esto es propio de una cultura en decadencia, le paso a Roma, a Egipto y a muchas naciones, no dejemos que nos pasa a nosotros defendamos el DON de la VIDA
Transponiendo el umbral del año que viene, pidámosle al Señor que cultivemos cada día el amor por la familia, que es el espacio que refleja la presencia de Dios. Cuando ha nacido del matrimonio cristiano, la familia tiene la certeza que Dios está jugado desde la Cruz, por cada uno de sus miembros: el papá, la mamá, los hijos, y también la familia ampliada con los abuelos, tíos y demás miembros.
Si Dios ha querido reflejarse en Jesús, José y María, también quiere reflejarse en el nombre de ustedes, queridos papás, queridas mamás, queridos hijos.
Quizás unos de los tema que hay que enfrentar es volver a creer en la familia, volver a creer en la fuerza conyugal de nuestro hogar, más allá de nuestra debilidades, ese amor en la Fidelidad, en la capacidad de perdón, de volver a empezar, de ser fecundos, de volver a creer en el amor del Padre y de la Madre, en el amor de los hijos y de los hermanos, no temer a nuestra Familia, creer en la fuerza de las pequeñas cosas que hacen grande la vida del hogar, no busquemos en lo extraordinario para transformar el mundo, lo extraordinario se da en lo ordinario del hogar; en la Madre Fiel capaz de dar la vida por sus hijos, que las hay y son tantas… en los Padres que trabajan se ilusionan y que son verdaderos sostenes de sus hijos, en los matrimonios que luchan por llevar cada día el pan a su hogar y lo amasan con amor con paciencia con ternura, muchas veces creemos mas a la noticia mala, a la noticia amarilla, es importante confiar y creer que nosotros podemos ser en la familia buena noticia para los demás y alegrarnos por las buenas noticias de los parientes, de los amigos.
También a nosotros nos toca hacer el camino que hizo la Sagrada Familia, hacer un viaje largo hasta llegar a Belén y luego huir a Egipto, pero al final está el Señor, al final está Jesús, que haciendo nuevas todas las cosas recrea nuestra Familia y con la Familia recre el mundo.
Quisiera hoy en la Solemne Fiesta de la Sagrada Familia de Nazareth incluir a todas las Familias que sufren porque no encuentran la paz y el amor, la familia que para poder llevar el pan a sus hijos tienen que trabajar en otros lugares, las familias divididas, quiero pedir al Señor que nos de esa Paz, su Paz y no como la da el mundo, que nos ayude a creer, cuidar y valorar la familia.
Hemos celebrado la Navidad y como un reflejo ya cerca de un nuevo año, aparece el reflejo de la Sagrada Familia, que el corazón de Jesús de María y José nos haga sentir la calidez del corazón de Dios.
Quiera Dios concedernos ser constructores de Familias, custodios, servidores del misterio de la Familia.