jueves, 22 de diciembre de 2011
El último deseo de Navidad
Esta es una historia veridica contada contada por el mismo que la vivio, esta escrita en el libro "Aquellos que Aman", lanzado por cadena3, la verdad me conmovio por eso la comparto, espero les guste...
Me animo a dictar estas palabras que no son mas
que las letras del alma que llevo conmigo y hoy
decido compartir.Arrastro sobre mis hombros casi
87 navidades,y son uno a uno,87 recuerdos de
distintos y hermosos que riegan mi cerebro de
sangre fresca.En un tiempo que ya suena lejano,
la mesa era gigante casi eterna,40 personas nos
sentabamos en el patio de la vieja a esperar las
00.00 para abrazarnos y ratificar el amor que
nos unia.Con esfuerzo casi abismal recordare para
siempre el aroma a tierra mojada que se desprendia
cada 24 por la tarde,cuando Ana Laura mi esposa,
regaba el patio para luego preparar la mesa.Nuestro
patio,el patio de la casa de mi vieja donde nosotros
tambien viviamos,fue la mas maravillosa de todas
las pistas de baile que alguna vez recorri,airoso,
del brazo de la rubia mas bella de todo Lanus.
La vida en ese entonces corria hermosa y nos sentiamos
plenos,nunca pudimos tener hijos es cierto..pero
igual eramos felices,con solo mirarnos eramos felices.
Es que precisamente un dia antes del 24 de Diciembre
de 1940,en el baile de la clase nos vimos por primera
vez y ya no nos separamos.Los años se escaparon tan
rapido que en suspiros la mesa del patio se iba
achicando.Las sillas quedaban vacias y quizas por
eso con los años dejaron de existir,el gigante mantel
blanco tambien resutló inutil,tan innecesario como
la cantidad de platos que ya sin uso,uno tras uno
fueron desapareciendo.
La vida tambien se fue llevando uno a uno a nuestros
invitados,de todo modos con Ana Laura seguiamos
festejando cada Navidad como el primer dia cuando
gustosa aceptó bailar la milonga que retumbara en
mis oidos hasta el mismo instante del final.
Parece mentira,parece que fue ayer pero solo me quedan
recuerdos..hoy la vida me sorprende con una realidad
distinta.
En Marzo del año pasado,Ana Laura partió para siempre,
la muerte me la quitó de un soplido y sin poner siquiera
las manos le dije adiós para toda la vida.Vendi la casa
meses despues,y hoy estoy en un lugar donde encierran
viejos al que acudi con mis trapos bajo el brazo en
busca de mas navidades.En este instante hermoso y
eterno en el que cierro mis ojos para recordarla,siento
la necesidad de pedirle a Dios un ultimo deseo si es
que algo aun me queda por cumplir.El 24 bien temprano
me alistare como pueda,usare el mejor traje,me peinare
prolijo y lustrare los zapatos como cuando era un niño.
Seguro que ella..la gran compañera de mi vida,el amor
de mi infancia,la amante de mis sueños,el amor de mi
existencia vendra a buscarme.No querra pasar la
navidad sola,se aferrara de mi brazo y con un beso
en la mejilla me invitara a bailar la milonga mas
hermosa que nadie antes escuchó.
Esta vez Ana Laura, te juro...sera para siempre!
/Pedro Juan Vargas: Jubilado. 87 años. Vive en un hogar de ancianos
en la cuidad de Buenos Aires. Gustavo Malem es su amigo y cuidador. Tiene 31 años/
/Letra y Música - Jorge Rojas (canción inspirada por esta historia)/