miércoles, 14 de diciembre de 2011
Joven, tienes que saltar…
Jóvenes sus Padres han dado saltos… tu Mama, tu Papa.
Nosotros también debemos saltar… para comenzar a emprender el viaje… tenemos que saltar y dejar atrás los miedos… tenemos que saltar y dejar atrás las probabilidades... Dice en la Biblia que un ciego de nombre Bartimeo arrojo su manto y dio un salto… ese salto a vos y a mí un día el Señor nos pedirá… ¿Estás enamorada? ¿estás enamorado? ¿no sabes qué hacer? ¿Dios será ella? ¿Dios será él? Dios no anda en chisme, se prudente… la prudencia consiste en actuar y no todo lo contrario (en no actuar)
Dios sabe bendecir y aconsejar… Tienes que saltar… salta… en alguna oportunidad un amigo, Rubén, me comentaba que su noviazgo, que el escenario de su noviazgo era, abandonarse, tomar coraje y amar, claro no me dijo que tenía que “saltar” porque su novia está a unos 600 km ¿se imaginan?
¿Sientes que Dios te llama? No huyas, hay un llamado que nunca calla, ten coraje, justamente Dios te llama con esos defectos, pecados, miserias, etc que tu pones como escusa, ¿piensas que él no los conoce?. Reza y ármate de coraje y valentía… salta…
Nuestros Padres
Que es lo que podemos aprender de sus actitudes (saltar) que les ayudo en esos momentos… sencillamente sin otra expresión “que no podemos quedarnos nostálgicamente en esos momentos” que ha llegado el momento de saltar y podremos ver que nuestros padres ya lo han hecho porque nos amaban y querían seguir compartiendo nuestras vidas. La vida nos fue dada, no hay actitud más radical, más humana que el agradecimiento.
¿El agradecimiento? Si porque solo aquel que es agradecido y aprendió a ser agradecido de sus Padres, puede responder con agradecimiento (parece un juego de palabras). ¿Por qué? Cuando nos acostumbramos solo a recibir; - mis Padres me tienen que dar… entonces nos acostumbramos y vivimos pensando en lo que me nos tienen que dar… pero olvidamos lo que nosotros podemos dar o más bien lo que debemos dar… y eso nace del agradecimiento. Que nos pasa a nosotros “hijos” llegamos a despreciar a nuestros Padres, el Señor nos dice;
Honra a tu Padre con todo tu corazón y no olvides los dolores de tu Madre. Recuerda que ellos te engendraron ¿Cómo lo pagaras lo que hicieron por ti? Eclesiástico 7, 27-28
Hijo se el apoyo de tu Padre en su vejez y durante su vida no le causes disgustos, aunque se debilite su mente se indulgente con él, no lo desprecies, tú que estas en pleno vigor. La ayuda prestada al Padre no quedara en el olvido, te servirá de reparación por tus pecados. Eclesiástico 3, 12-14
Joven debes saltar… hacia los lugares, los parajes, las islas donde el Señor te llama donde el Señor te predestino. Dios sabe bendecir… solo debes saltar, sí ya sé, ¿sientes vértigo?, ya sé, ¿corres muchos riesgos? todas las cosas que valen la pena en la vida tienen un riesgo. Debes saltar como lo hicieron tus Padres. No te apures… no te confíes… puedes llegar demasiado tarde, solo salta, solo camina…