miércoles, 14 de diciembre de 2011

La humildad de Maria




Toda la Iglesia celebra con alegría y entusiasmo la fiesta de la Inmaculada Concepción.

María tiene un lugar preciso en el plan de la salvación, porque “cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo nacido de una mujer y sujeto a la Ley, para redimir a los que estaban sometidos a la Ley y hacernos hijos adoptivos.
“He aquí la sierva del Señor, hágase en mi según tu palabra” Lc 1, 38

Adviento llega como un pequeñín que necesita muchísimo de su Madre. Dejémonos inundar por la inmensa humildad de Jesús y María. Si realmente queremos que Dios nos llene, tenemos que vaciarnos de todo egoísmo, tenemos que dar lugar a Dios y eso se alcanza a través de la humildad.

Que María sea Madre de Dios, que María sea la Madre de cada uno de nosotros y de esta forma la fuente de nuestra alegría y a la vez que cada uno de nosotros sea Jesús para ella y convertirnos en la alegría de nuestra Madre, me llena el corazón.
María es sierva de Dios y ser “sierva” significa estar a disposición de alguien, que nos utilizara según sus deseos, con plena confianza y alegría. El buen humor y la alegría fueron el fuerte de María. Solo la alegría pudo darle la fuerza de correr por los montes de Judea para servir a su prima. Nosotros crucemos los montes de las dificultades. Dolor, Angustia, falta de entusiasmo, falta de perdón.

“Alégrate, llena de Gracia el Señor está contigo”
La alegría está presente en la historia de Salvación, en María esa alegría tiene diferentes matices, diferentes contornos, la alegría está en la anunciación, en el nacimiento, en las bodas de cana, junto a Jesús, en su vida pública “felices más bien los que cumplen la voluntad de mi Padre, esa es mi Madre, mi Padre y mi Familia” también está presente en el momento del juicio ante poncio pilatos, en la cruz, la alegría tiene diferentes matices, también está en pentecostés. Contemplemos…

la humildad de María

María no fue una joven cualquiera de su pueblo, sino la originalmente destacada, la única, la mirada que Dios ha puesto en “la sierva, esclava del Señor” no es una mirada que escoge y elige de entre cualquiera, María precede al pueblo elegido, es la mujer de la que nos habla el génesis. Dios anuncia a la serpiente seductora una enemistad, que perdura a lo largo de todos los tiempos entre ella y la mujer. En el versículo 3,16 del génesis, Eva aparece como la esclava del hombre “hacia el hombre ira tu apetencia y el te dominara” María sin embargo es la esclava de Dios, la llena de gracia, la mujer prometida desde el origen. María es humilde esclava del Señor.
La humildad del pecador es esconderse, pero la humildad de María, que está por encima del pecado, se deja poner en el candelero, para que su luz llegue a todos los que están en su casa. La luz que irradia, no es su luz, sino la de Cristo, LA LUZ DE DIOS. María se hizo humilde entregándose íntegramente a Dios.

Ahora miremos la humildad de Dios

Dios es verdaderamente humilde, desciende al mundo, se hace carne, verbo que da sentido a la vida del hombre. Es hermoso ver la humildad de Cristo, en un pesebre, en su exilio en Egipto, en su incapacidad para hacerse comprender por la gente, en la deserción de sus apóstoles, en el odio de los judíos, en los terribles sufrimientos de su pasión y en su muerte. Y aun ahora nos manifiesta su humildad en forma permanente en el Sagrario, reducido a una pequeña partícula de pan, que el sacerdote puede sostener entre los dedos, ese es Dios, el más humilde

Jesús cuando escucho una y otra vez lo que el ángel le dijo de Ti a María tu Madre y luego te contemplo en la cruz… me parece un abismo insalvable, me quedo pegado a tu Madre que resiste sin heroísmo lo desconcertante que puede llegar a ser vivir la fe. La alegría de la maternidad queda hecha polvo ante la cruz, pero veo en ese momento otra concepción en María, la nuestra, la de los hijos de la fe, la de los hijos de la cruz, la de los hijos del dolor y la esperanza, la de los hijos del reino.
María era Joven cuando le dijo si al Señor, Joven díganle si al Señor y déjenlo nacer, anidar en su corazón

En Salta el 8 de Diciembre Celebraron la Fiesta de la Inmaculada Madre del Divino Corazón Eucarístico. (esta siendo estudiado por la Santa Iglesia)

María en esta oportunidad aparece en adoración, ¿que tiene que ver? En la Iglesia hay un florecimiento de Templo de Adoración por todo el mundo ¿esta primavera es una decisión Pastoral, es una moda? No.
Es Jesús que nos llama salir de nosotros mismo, dejar de buscar otros dioses, El es el centro, El esta vivo y María en esta aparición nos lo viene a recordar.

Estamos en el corazón del adviento celebremos con Alegría la fiesta de la Inmaculada Concepción.