miércoles, 10 de agosto de 2011

quieren ser escuchados...

Algunos meses atrás meditaba en mi corazón, como por ahí, en vez de ser humanos somos como una especie de robots. Hay una tendencia tan antigua, tan vieja como la humanidad, de querer encerrar y encerrarnos.
Es verdad… los jóvenes más que hablar, quieren ser escuchados. Que doloroso es escuchar a los jóvenes que al acercarse a una comunidad, son rechazados... Qué fácil es hablar de los jóvenes como si nunca lo hubieran sido y lo más probable es que esos que hablan habrán sido unos jóvenes bastantes traumados, que fácil es hablar de los jóvenes; ay este joven… ay aquella otra, que fácil es hablar de los jóvenes, ¿por qué? No será que nosotros tenemos un problema con nuestro YO JOVEN, el hombre tiene tendencia a encerrar y encerrarse en su IDEA UNICA.
Criticamos a los jóvenes exigimos mucho, muchísimos, vivimos en un mundo de perfecciones, creamos y exigimos un mundo de perfección, como si fuéramos maquinas y la relación de Dios no es así, Dios siempre mira el corazón…
Prestemos atención; ¿Cómo funciona una sociedad sin misericordia? por ejemplo impongo una estructura, un régimen, una forma, un estilo único de vivir, busco una sociedad perfecta. Dios no necesita crear una sociedad perfecta, sino al contrario deja el trigo y la cizaña hasta el final. ¿No nos gusta? No, no es nada grato.
Tenemos que tener mucho miedo a esas sociedades perfectas que avanzan y hacen mucho daño. Tenemos que tener mucho cuidado a esas estructuras que se crean en la sociedad, en la propia Iglesia, en la Comunidades, en los grupos de oración, pero sobre todo en el corazón… porque la relación con Dios no es así.
¿Porque siempre miramos desde lejos? A mí me sirvió mucho el sueño de Don Bosco a los 9 años, cuando viendo que un grupo de jóvenes blasfemaban a Dios, quiso lanzarse inmediatamente en medio de ellos, usando los puños y las palabras para hacerlos callar. En ese momento aparece Jesús y le dice; NO, CON GOLPES NO, SINO CON MANSEDUMBRE Y DULZURA LOGRARAS CAMBIAR EL CORAZON, desde ese momento dejaron de pelear y de insultar a Dios.
No con golpes, tampoco con críticas que se disfraza de corrección fraterna, es necesario la mansedumbre es necesario hacerse uno con ellos.
De los jóvenes pueden decir muchas cosas… pero solo fue un joven el que se quedo con Jesús en la cruz ¿Dónde se fueron los otros? Pensemos bien, meditemos en el corazón. Que hubiera hecho Jesús o que me pide Jesús que haga? Recordemos al atardece seremos juzgados por el amor. No tomemos muy a la ligera lo que para los jóvenes es importante, no juzguemos y así no seremos juzgados.
Joven, Dios te entiende, recuesta tu cabeza sobre su pecho y siente el palpitar de su corazón, siente tu nombre ser pronunciado con ecos de eternidad. Si alguien te ha herido, si alguien en la Iglesia te causo una herida, perdónalos.
Jóvenes no se queden solos, no se aíslen, hay gente que los entiende, sigan en la Iglesia, sigan perseverando y recuerden si para ustedes es importante, para Dios es importante. Déjense amar, te lo repito, déjate amar.