domingo, 14 de agosto de 2011

Conserva todas las cosas y las medita en su corazon


Toda la iglesia llena de alegría celebra la fiesta de la asunción de María, mujer fuerte y fiel del evangelio. María la llena de gracias.
…María guarda todas estas cosas y las meditaba en su corazón…
¿Que nos quiere decir? Que el conservar, convierte su corazón en un joyero de riquezas celestiales y meditar, significa poner en movimiento, de tal manera que cuando se abre el joyero que es el corazón de María, no hay nada podrido, sino que a causa del movimiento se mantienen fresco como el día en que se depositaron.

¿Pero que es lo que conserva María? Las palabras que le dijo el ángel, las palabras de los pastores, las palabras de Simeón. María conserva todo en su corazón. Las palabras de Dios que ella conserva en su corazón son una sola cosa con la palabra de Dios que ella ha traído al mundo “y el verbo se hizo carne y habito entre nosotros”
Claro está que lo que medita María en su corazón, es la palabra de Dios. ¿Meditar? Se traduce como recopilar, poner una cosa frente a otra, juntar, comparar. Por ejemplo Jesús en un pasaje nos dice; - yo soy la luz y en otro pasaje nos dice; - yo soy el camino, lo cual podríamos decir que necesitamos de luz para ir por el camino que es El. La biblia es un todo, ninguna palabra suelta se puede explicar aislada, sin comparación con las demás. La meditación es infinita, alguien me decía que la meditación de la palabra de Dios, es como un salón con espejos en el que los significados se multiplican hasta lo infinito.

El rosario es una oración que conserva y mueve a la vez, con el rosario, suplicando a María su visión, podemos penetrar en los inagotables misterios del Dios que se revela.
Busquemos a Dios, dice san Agustín, “El es infinito para que una vez encontrado, se lo busque continuamente” y para conservar y meditar constantemente las profundidades se nos fue derramado el Espíritu de Dios.

María conserva todas las cosas en su corazón y las medita... Conserva todas las cosas, si también tus dolores y alegrías, todas tus suplicas y ruegos. Todo.