sábado, 9 de abril de 2011

La vocacion de mi Espiritu



"La vida de los santos es en esencia tan especial y la vez tan común y corriente como la de cualquiera de nosotros. Sencillamente son personas de carne y hueso que en un momento dado de su vida se encuentran con Jesús y resuelven en su corazón aceptarlo sin reservas como el Señor y Salvador siguiendo sus mandamientos"
(ser santo- Marito “ALF" Barrionueva)

“…ámense los unos a los otros como yo los he amado, si se aman los unos a los otros darán cuenta que son discípulos míos…”

“....si alguien te da una bofetada preséntale también la otra...”

Pareciera que Jesús nos pone mas difíciles las cosas... pareciera que el Señor nos pone barreras para cumplir con los mandamientos. También nos puede sonar como algo utópico, ilógico, que no puede darse en la realidad.
Como puedo amar a mi enemigo? ¿Como poder amar al que me persigue? ¿Como poder amar cuando surge en nosotros inmediatamente, la revancha y el odio? ¿Como poder amar?

“...Sean Santos porque yo soy santo...”

Y a esto podemos entenderlo si Dios es Santo, nosotros debemos ser como el, Jesús aparece como un ejemplo, un modelo, pero NO. No es que Dios sea nuestro modelo... Dios es NUESTRA FUERZA... nosotros somos templo del Espíritu Santo y porque Dios es Santo y nosotros somos morada de Dios, por eso es que podemos vivir de la misma manera que Dios, esta es la clave.

Si nuestro andar solo es cumplir con los preceptos de Cristo, nunca lo vamos a lograr
Si solamente pensamos que esto se alcanza con el esfuerzo humano, nunca lo vamos alcanzar, nadie lo logra.

Solamente aquel que descubre el camino; Dios mora en el, el Espíritu de Dios esta en el y descubrir la relación de intimidad con el Señor, ese es el camino del Espíritu, mi espíritu tiene una vocación a entrar en comunión con el Espíritu de Dios, que maravilla...

Existe un error durante la historia de la Iglesia, de solo querer inducir a los fieles a la práctica de los mandamientos, es un error que debemos superar incluso en nuestro tiempo. El Padre Alberto Ibáñez, el Padre Justo O.P, el mismísimo Juan Pablo II de feliz memoria, los Obispo y el Papa Benito XVI en Aparecida nos llaman y nos recuerda que somos templo del Espíritu de Dios, somos Discipulos y el discípulo es el que esta a la escucha de la palabra de Dios, así lo hizo Jesús con sus apóstoles.

Los mandamientos no lo cumplimos porque si, sino es fruto de la relación con El, nosotros no vamos a Misa los Domingos solo porque tenemos que cumplir con el mandamiento de santificar las fiestas, sino porque en ella esta la vida misma, la cruz y la resurrección, en ella esta la fuente y solo en la medida en que bebemos de la fuente podemos ver a los demás como El ve, como El mira.
Tenemos que trabajar mucho en esto, tenemos que abrir escuelas que enseñen a tratar con el Espíritu de Dios, de hecho existen muchas, la comunidad de Convivencias con Dios es una de tantas, el Padre Justo y sus clases, hay muchas…es tiempo de velar con el Señor.
Entonces cada entrada a la morada es entrar a la escucha del Señor, no es que no le hablemos, no es cuestión de crear estructuras, lo que sucede muchas veces es que rezamos, pedimos, pedimos, hablamos, hablamos pero no lo escuchamos.
Solo en la medida que lo escuchamos podemos ir recreando, el corazón llenándonos de Dios, y ver como el ve y como el ES. El más Humilde, aquel que lava los pies.