lunes, 5 de abril de 2010

Siempre Presente

María se quedo junto al monumento, afuera, llorando... Mientras lloraba se inclino hacia el monumento, y vio a dos ángeles vestidos de blanco… le dijeron: ¿Por qué lloras, mujer? Ella les dijo; porque han tomado a mi Señor y no se donde le han puesto. (Jn. 20, 11-13)

María se han llevado al Señor. Sufres una terrible ausencia… sobre todo no sabes donde esta. No hay ni siquiera un cadáver… la ausencia es total. Nada hay allí. Y, como es natural, tu llora como lloramos nosotros cuando nada sabemos, cuando andamos perdidos por los caminos de este mundo, sufriendo eso que no tiene nombre. ¿Por qué te quedas, María, junto al monumento? ¿Por qué permaneces allí, ya no se encuentra tu Señor? Claro! Es lo último que tú sabes de El, la ultima noticia esta allí. Pero El no, El no esta. Nosotros también no aferramos a figuras y noticias de toda suerte y estilo, porque en efecto, nos parece lo ultimo que nos queda de El, la ultima noticia… pero El ya no esta, porque desde luego RESUCITADO ya no muere mas…

Díjole Jesús: Mujer ¿Por qué lloras? ¿a quien buscas? Ella creyendo que era el hortelano, le dijo: Señor: si le has llevado tu, dime donde le has puesto, y yo le tomare (Jn. 20, 15)

Te siguen, ahora, todos los razonadores de este mundo, todo el sentido común de que harán gala no pocos en la historia ¿Quién va ser si no es el hortelano? ¿Qué hubiéramos respondido nosotros, María? Tampoco nos desprendemos hoy de esa lógica y de las feroces conclusiones de nuestro sentido común…

Díjoles Jesús: María! Ella, volviéndose, le dijo en hebreo: Raboni, que quiere decir Maestro (Jn 20,16)

Solo El se puede revelarse así, solo el puede dejarse ver… y de que manera. María te llama, dice tu nombre, tu eres tu, el tu que pronuncia Dios en modo inefable. Te llama tu al mismo tiempo en que dice YO SOY.

Jesús le dijo: no me toques, porque aun no he subido al Padre; pero ve a mis hermanos y diles: subo a mi Padre y a nuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios (Jn 20, 17)

No me toques, ya no estoy fuera sino dentro de ti. Ahora vivirás otra ausencia fecunda inexpresable. Ahora subo a mi Padre y os envare el Espíritu… subo a mi Padre y vuestro Padre… ya no hay distancias, ni intermediarios, ni lejanías. El Padre es vuestro. No es en el sepulcro donde me hallaras, porque yo estoy siempre presente en el interior de tu corazón.

"Sendas nuevas en las montañas - Alberto E. Justo O.P"