“Reloj de
viernes, 2 de abril de 2010
Kraniou Topos
Sacándome de la ciudad me suspendieron en el patíbulo de la cruz, entre dos ladrones y eso a fin de que mi muerte apareciera más denigrante. Estando así crucificado y circundado por agudísimos dolores de muerte, mis ojos, fuentes de luz, fueron entenebrecidos, mis oídos divinos se saturaron de burlas, mi olfato fue afligido por olores repulsivos, mi boca dulce fue amargada con hiel. Me golpearon, me hirieron y con castigos severísimos laceraron mi carne, de modo que se abrieron surcos de sangre que la esparcieron por todo el cuerpo a la vista de todos. !Oh¡ si me hubieses visto en aquella hora pendiendo tan miserablemente del patíbulo, tu alma habría desfallecido por el dolor… mira ahora mis dos manos, amplias y bellas, traspasadas cruelmente con los clavos, mis brazos atrozmente extendidos, los pies perforados, las rodillas distendidas… el áspero leño de la cruz era el apoyo del delicado dorso. El cuerpo pesante sujeto con los clavos caía por inercia, con lo cual se acrecentaba el dolor de mis heridas. ¿Qué mas? Todas estas heridas de amor soporte con esforzado deseo de corazón, para sanar con mis padecimientos las heridas del hombre…