En la noche del Éxodo quedó sellada la fidelidad de Yahvé con su pueblo Israel. Fidelidad a la vida. En la noche de la Resurrección el Padre dijo Sí a su Hijo Jesucristo que había entregado su vida en la Cruz y la muerte fue vencida para siempre.
¡No teman! Jesús ha resucitado. También nosotros debemos abrir los oídos y el corazón ante la proclamación del triunfo de la vida. Porque Dios es el Señor de la vida y no el hombre. Dios es el garante del derecho a la vida y no el arbitrio caprichoso de los hombres. Dios, sólo Dios. Por eso la vida humana es sagrada.
En la Noche Santa proclamemos con fe y con amor, invitando a la humanidad a no temer ante la vida.
No teman! A los matrimonios que enfrentan el futuro, No teman!. A los jóvenes que dudan frente al misterio y el sacramento del matrimonio: No teman! A todos los hombres y mujeres de buena voluntad, No teman! A nosotros,No temamos!