sábado, 24 de abril de 2010

En tu Jardin quiero vivir



Purísima Madre mía, quiero que cuides y protejas; mi vida, mi alma, todo mi ser. Quiero ser totalmente de Cristo, quiero que seas mi auxilio, mi guía, mi maestra, en el caminar… de este valle de lágrimas, alúmbrame día y noche para que nunca este solo.
Llévame al corazón de tu hijo Jesús para que El habite en mí y yo en El.
Déjame por ultimo hacerte una pregunta; María ¿Quieres ser mi Madre? Si me dice que Si… entrare en Tu refugio en el Jardín cerrado de tu corazón para jugar contigo junto a la fuente de agua y ser amigo de Jesús
Oh que segura dicha la de Tu amor el premio, que desde entonces por siempre sabre, de que soy tu hijo, de que eres mí Madre.

Un sonrisa de Dios

viernes, 23 de abril de 2010

¿como el amor puede ser luz...?


El cirio constituye la columna del mundo, pero para poder encenderse y mantener la luz se debe destruir… si la cera no se consume apaga la luz…
Entonces es verdad, el hombre debe aprender a morir… para que viva la luz, la luz de Jesús... que misterio

domingo, 11 de abril de 2010

Nada más misterioso que el amor


No hay nada más misterioso y desconocido que el amor, tenemos una necesidad profunda y desesperada de amor absoluto. La diferencia entre como lo percibimos y lo mal que lo vivimos, muchas veces es terrible. El Amor no es algo que se pueda enseñar… pero es absolutamente vital aprender sobre el.
Cuando un hombre y una mujer se unen… uno asume el destino y el futuro del otro como si fuera el suyo propio.
El amor me lo explico todo
El amor resolvió todo
Por eso admiro el amor donde quiera que este
Si el amor es tan grande como simple
Si el mas simple anhelo se encuentra en la nostalgia, entonces comprendo porque Dios quiere a la gente simple, con corazón puro…
Tal vez la vida es un camino hacia el asombro… camino de vida y muerte…
Dios ha llegado a un paso de la nada…
Muy cerca de sus ojos
No tengan miedo… jamás.

lunes, 5 de abril de 2010

en tu corazon

Siempre Presente

María se quedo junto al monumento, afuera, llorando... Mientras lloraba se inclino hacia el monumento, y vio a dos ángeles vestidos de blanco… le dijeron: ¿Por qué lloras, mujer? Ella les dijo; porque han tomado a mi Señor y no se donde le han puesto. (Jn. 20, 11-13)

María se han llevado al Señor. Sufres una terrible ausencia… sobre todo no sabes donde esta. No hay ni siquiera un cadáver… la ausencia es total. Nada hay allí. Y, como es natural, tu llora como lloramos nosotros cuando nada sabemos, cuando andamos perdidos por los caminos de este mundo, sufriendo eso que no tiene nombre. ¿Por qué te quedas, María, junto al monumento? ¿Por qué permaneces allí, ya no se encuentra tu Señor? Claro! Es lo último que tú sabes de El, la ultima noticia esta allí. Pero El no, El no esta. Nosotros también no aferramos a figuras y noticias de toda suerte y estilo, porque en efecto, nos parece lo ultimo que nos queda de El, la ultima noticia… pero El ya no esta, porque desde luego RESUCITADO ya no muere mas…

Díjole Jesús: Mujer ¿Por qué lloras? ¿a quien buscas? Ella creyendo que era el hortelano, le dijo: Señor: si le has llevado tu, dime donde le has puesto, y yo le tomare (Jn. 20, 15)

Te siguen, ahora, todos los razonadores de este mundo, todo el sentido común de que harán gala no pocos en la historia ¿Quién va ser si no es el hortelano? ¿Qué hubiéramos respondido nosotros, María? Tampoco nos desprendemos hoy de esa lógica y de las feroces conclusiones de nuestro sentido común…

Díjoles Jesús: María! Ella, volviéndose, le dijo en hebreo: Raboni, que quiere decir Maestro (Jn 20,16)

Solo El se puede revelarse así, solo el puede dejarse ver… y de que manera. María te llama, dice tu nombre, tu eres tu, el tu que pronuncia Dios en modo inefable. Te llama tu al mismo tiempo en que dice YO SOY.

Jesús le dijo: no me toques, porque aun no he subido al Padre; pero ve a mis hermanos y diles: subo a mi Padre y a nuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios (Jn 20, 17)

No me toques, ya no estoy fuera sino dentro de ti. Ahora vivirás otra ausencia fecunda inexpresable. Ahora subo a mi Padre y os envare el Espíritu… subo a mi Padre y vuestro Padre… ya no hay distancias, ni intermediarios, ni lejanías. El Padre es vuestro. No es en el sepulcro donde me hallaras, porque yo estoy siempre presente en el interior de tu corazón.

"Sendas nuevas en las montañas - Alberto E. Justo O.P"

sábado, 3 de abril de 2010

Esta es la noche de la Esperanza

La noche es testigo de muchas escenas de pecado y de muerte entre los hombres: robos, injusticias, engaños, infidelidades, lujurias, borracheras, mentiras, Cuánto de muerte se gesta en las noches.
Pero esta noche se ilumina porque ella es testigo de la luz. Como la noche de la creación, como la noche del Éxodo, como la noche de la encarnación, como la noche del nacimiento.
Esta es la Madre de las Vigilia. Esta noche conoció, solo ella, el momento de la resurrección de Cristo entre los muertos. Por eso nosotros velamos.
Cristo resucitado nos invita a revivir la noche de la resurrección y la Iglesia, su amada esposa, vela con Él.
Noche Santa, que la luz del Resucitado entre en las dificultades de los corazones para lavar nuestros pecados y culpas, que quite el odio de los pueblos enfrentados por la guerra,
que renueve en nuestros corazones el espíritu de laboriosidad solidaria para reconstruir nuestra patria, que entre en los hospitales y casas en los que los enfermos, los tristes o los abandonados sufren sin esperanza, que ilumine aquellos hogares en los que la duda o la desconfianza pone en peligro la unidad familiar, que renueve la fe de los que vacilan, que la luz del resucitado entre en los seminarios, en las Comunidades religiosas, en los grupos de oracion, en los sonrisas de Dios.
Alégrate María!!! Jesús tu Hijo Redentor Resucito! Alegrensen ustedes, Niños, Jóvenes, Hombres de buena voluntad, Ancianos, toda la Iglesia ¡Oh Dios eterno, alegres te cantamos! Felices Pascuas para todos

Esta es la noche de la Vida

En la noche del Éxodo quedó sellada la fidelidad de Yahvé con su pueblo Israel. Fidelidad a la vida. En la noche de la Resurrección el Padre dijo Sí a su Hijo Jesucristo que había entregado su vida en la Cruz y la muerte fue vencida para siempre.
¡No teman! Jesús ha resucitado. También nosotros debemos abrir los oídos y el corazón ante la proclamación del triunfo de la vida. Porque Dios es el Señor de la vida y no el hombre. Dios es el garante del derecho a la vida y no el arbitrio caprichoso de los hombres. Dios, sólo Dios. Por eso la vida humana es sagrada.
En la Noche Santa proclamemos con fe y con amor, invitando a la humanidad a no temer ante la vida.
No teman! A los matrimonios que enfrentan el futuro, No teman!. A los jóvenes que dudan frente al misterio y el sacramento del matrimonio: No teman! A todos los hombres y mujeres de buena voluntad, No teman! A nosotros,No temamos!

Esta es la noche de la Libertad

¿Puede resonar este anuncio en un mundo que hace un culto de la libertad?
¿Tienen sentido proclamarla cuando la vivimos tan plenamente? Pero, ¿la vivimos plenamente?
¿Es plena una libertad que nos deja vacíos, que nos empuja al sinsentido, que nos arrastra a la dependencia?
¿Es humana una libertad que deja en su caminar a tantos jóvenes esclavos de sus instintos, alejados de sus familias, entristecidos en su violencia incontrolada?
¿Es dignificante una libertad que alimenta el egoísmo, que excluye a los hermanos, que promueve el tener a costa del ser?
¿Es verdadera la libertad que desde una mirada dirigida sólo a los derechos no asume el deber de hacerse cargo de los derechos de los otros?
Cristo resucitado, con sus llagas gloriosas, es el testimonio irrebatible del valor de la entrega, del amor, del sacrificio, del don de sí. Cristo resucitado es el grito gozoso del triunfo de la verdad que libera a la libertad.
Cristo resucitado es la invitación más bonita que puede recibir hombre alguno a ser un hombre verdaderamente libre. Cristo resucitado es el sí del Padre a la libertad del hombre. Él, el Cordero entregado al matadero sin queja alguna, es el Cordero victorioso que abre el libro de los sellos de la vida.
Si Él ha vencido a la muerte es verdad que los pobres, los mansos, los perseguidos, los misericordiosos, los que buscan la paz son felices.
Si Él ha resucitado es verdad que hay más alegría en dar que en recibir, es verdad que el grano de trigo que cae en la tierra y muere da mucho fruto. Es verdad su evangelio. Y si Él ha resucitado ¿Cómo no incorporarnos, entonces, a la escuela de sus discípulos, que es la escuela de la verdadera libertad?

viernes, 2 de abril de 2010

Rostro del Señor


El rostro es la expresión por excelencia de la persona, lo que la hace reconocible a través de él se muestran los sentimientos, los pensamientos y las intenciones del corazón… En la Biblia mostrar el rostro es expresión de benevolencia, mientras que ocultarlo indica ira e indignación.
Al contemplarte en la cruz, pienso en la mirada que dirigiste al joven del que nos habla tu evangelio. Jesús esta mirando… te esta mirando, tus alegrías… y miedos… son ahora sus alegrías y sus miedos, que misterio maravilloso.
Entonces vale la pena volver a empezar eso que parecía perdido… vale la pena volver a mirar con un amor compasivo a tus hermanos aquellos que quedaron descartados… vale la pena dejar a Dios ser Dios, creo que si eso sucede, algo de la pasión y del corazón de Jesús habremos aprendido, vale la pena mirar el rostro de Jesús, no tengan miedo.

Kraniou Topos

Sacándome de la ciudad me suspendieron en el patíbulo de la cruz, entre dos ladrones y eso a fin de que mi muerte apareciera más denigrante. Estando así crucificado y circundado por agudísimos dolores de muerte, mis ojos, fuentes de luz, fueron entenebrecidos, mis oídos divinos se saturaron de burlas, mi olfato fue afligido por olores repulsivos, mi boca dulce fue amargada con hiel. Me golpearon, me hirieron y con castigos severísimos laceraron mi carne, de modo que se abrieron surcos de sangre que la esparcieron por todo el cuerpo a la vista de todos. !Oh¡ si me hubieses visto en aquella hora pendiendo tan miserablemente del patíbulo, tu alma habría desfallecido por el dolor… mira ahora mis dos manos, amplias y bellas, traspasadas cruelmente con los clavos, mis brazos atrozmente extendidos, los pies perforados, las rodillas distendidas… el áspero leño de la cruz era el apoyo del delicado dorso. El cuerpo pesante sujeto con los clavos caía por inercia, con lo cual se acrecentaba el dolor de mis heridas. ¿Qué mas? Todas estas heridas de amor soporte con esforzado deseo de corazón, para sanar con mis padecimientos las heridas del hombre…

“Reloj de la Sabiduría- Beato Enrique Suso O.P”


jueves, 1 de abril de 2010

Noche amiga mía


Noche amiga mía,
deja que el silencio me cubra en tu manto de azul
ven querida amiga
y a nadie le digas como me has visto sufrir
por eso noche amiga,
te pido que calles lo mucho que yo me entregue
Y cuando quieres hablar tu conmigo te vistes de estrella,

como diciendo que cada una de ellas es por un amor
y estoy seguro que la mas brillante
es la tristeza que sientes por mi

Noche en Getsemaní


El día anterior a la fiesta de la Pascua, habiendo celebrado ya la última cena con los discípulos, y próximo ya el tiempo de mí transito de este mundo al Padre, saliendo con los once fui al Monte de los Olivos. Entrando en agonía, orando intensamente y comprendiendo que ya me eran cosa inminente tan crueles géneros de suplicios, entonces mi sudor se hizo como gotas de sangre que caían en tierra. Apenas serian creíbles para cualquier hombre viviente bajo el cielo, las angustias y presiones vehementes y terribles de la muerte, sentidas por una naturaleza delicada en la presencia horrenda de ese paso. Después vinieron hostilmente los hijos de las tinieblas, quines me aprisionaron despiadadamente, me ligaron con crueldad llevándome a la ciudad. En aquella noche manos sacrílegas se abatieron sobre mí en diversos géneros de suplicios, y saciándose con mis penas, me llenaron de ludibrios y azotes, de injurias y oprobios. Escupieron torpemente mi rostro amable, velaron mis ojos y golpeaban mi cuello burlándose. Una vez que amaneció, al confesar yo la verdad en el atrio de Caifás, clamaron que era reo de muerte.

Se dolió de mi con su corazón materno aquella que me engendro, y lloro con lagrimas irremediables… (Tob 10,4) al verme en medio de tantos oprobios y angustias.

“Reloj de la Sabiduría – Beato Enrique Suso O.P. ”