Jesús nos dice que aquel que recibe a un niño en su nombre.
Lo recibe a El y que el que lo recibe, recibe al Padre. Es que la lógica del
Amor es distinta a la razón y al poder. Amar es ponerse al alcance del otro,
utilizar su lenguaje. Cuando se ama a un niño, se le habla como a un niño, se
juega con el como con un niño. De esta forma Dios se hace pequeño para que no
le tengamos miedo de el, para que pueda entrar en una comunión de amor con
nosotros.En Jesús estamos llamados a descubrirnos niños.