domingo, 8 de abril de 2012

¡Cristo ha Resucitado!



Jesús ha resucitado. Ese hombre que conocieron los apóstoles, que lo acompañaron, que lo abandonaron, que tuvo que padecer en la Cruz, Resucito. Resultó que no era un impostor, sino el Dios con nosotros y cambio la historia.
No hay realidad más profunda que golpea al hombre que el misterio de la muerte.
Nosotros los cristianos proclamamos que ¡Jesús Resucito! La pregunta es:

¿Qué tiene que ver conmigo?

Los hechos de los apóstoles nos narran que Pedro anuncia el misterio del kerigma. Nosotros somos testigos.

Y él se manifestó al pueblo “nosotros que comimos con el”

Jesús no es un personaje más, no es un fundador de una religión, no constituye la novedad de la religión, sino que en El la muerte fue vencida porque El Resucito y nuestra fe lo narra, con el testimonio de los Apóstoles y la historia cambio. Pedro el tibio, el cobarde en el momento del prendimiento de Jesús, Pedro nos dice; “nos envió al pueblo a proclamar que El es el Hijo de Dios”. Pedro el que lo negó dará la vida, incluso morirá crucificado.

¿Porque somos cristianos?

Porque sus ojos vieron y por eso sus ojos se convierten en nuestro ojos a través de los Apóstoles



“Era de madrugada cuando todavía estaba oscuro. Vio que la piedra fue corrida”

“Vio y creyó”

Ese ver se va haciendo una percepción de que algo había pasado, estaban las vendas…Es la experiencia de la Fe que nos comparten los Apóstoles y que se transmite de generación en generación y que cada Domingo la proclamamos. ¡Cristo resucito! ¡En El la muerte ha sido vencida!

¿Qué tiene que ver con nosotros?

En que Dios no se deja vencer. La resurrección de Cristo tiene que ver con nosotros, la resurrección de Cristo no es el final de un drama o de una novela, NO, es el comienzo de la historia porque nosotros fuimos bautizados en la Muerte y Resurrección de Jesucristo.

Por eso la vida tiene la última palabra. En medio de un mundo que le cuesta creer. Sin embargo la última palabra la tiene el amor y la vida porque Cristo ha Resucitado. No es inhumano creer. Sino todo lo contrario, el Papa Benedicto XVI nos dice que “cuando apartamos a Dios de la sociedad, el hombre se deshumaniza”

Muchas veces cuando la sociedad, los sistemas políticos, las familias, apartan a Jesús, es por el miedo a la realidad y la verdad. Quieren deshacerse del anuncio de la verdad que les ofrece llevarlos a la realidad. No quieren oír las palabras de Jesús y reconocer quien es. Están cimentados en el miedo y en el odio. Se niegan a ver y a aceptar los hechos y milagros de Jesús porque, si ven y creen, deberán cambiar su comportamiento. El que reconoce a Cristo, debe cambiar su vida.

El Papa Benedicto XVI, nos viene insistiendo muchos en estos últimos años: “no somos cristianos por la adhesión a un código ético sino somos cristianos por la adhesión a una persona, Cristo Resucitado” ¿Somos conscientes de esto? Somos Cristianos por un encuentro personal, no por un encuentro con sus cosas, no porque venga a Misa y “cumpla” soy Cristiano. No nos neguemos la posibilidad de este encuentro personal ¿por qué no le damos una chance al Señor?

En el momento que Jesús marca mi vida, empiezo a descubrir en el otro el rostro de la persona y en el momento en que lo descubro entonces mi vida se transforma, me encuentro necesitados de la gracia del Señor y volvemos a los Sacramentos. Jesús no es un moralista, no es un buena onda, es un hombre radical, coherente, es amor, misericordia, es verdad, es razón. No se empieza a ser cristiano por la adhesión a un código ético, a un programa, sino a un encuentro personal con una persona Jesús Resucitado que me transforma desde adentro.

Sabemos bien que la violencia en las grandes ciudades es cada vez más aguda, hay violencia cotidiana, no me refiero solamente a la violencia en que unos se matan entre sí o la muerte del inocente, sino a todas las manifestaciones de violencias. Hay un conceso que dice que es un problema cultural, que es una crisis de valores, lo dicen los de arriba, todo el mundo lo acepta, liberales, conservadores, la suprema corte, todo el mundo, la mayoría. Yo creo que este diagnostico es equivocado, los valores son CONSECUENCIA, no causa, los valores son consecuencia de lo que yo llamo persona. Lo que yo considero lo que es la otra persona, es lo que me hace tratarlo de una u otra manera, si yo considero que el otro no es persona dispongo de él a mi voluntad, se dan cuenta que volvemos a nuestra primera llamada que es el Bautismo, que nos da una dignidad ¿qué hace el hombre que golpea a su mujer? No la ve como una mujer llena de dignidad a la cual está llamado a construir una familia, la ve como una cosa de la cual puede disponer según su humor, el maltrato se origina en un desconocimiento del otro como mi prójimo como aquella persona que es digna de trato de amor y misericordia. Esto es lo que genera unos valores de desprecio a las personas. Por ejemplo: el aborto, ¿cuál es el problema del aborto? El problema del aborto es el desconocimiento de la dignidad de 2 seres humanos, de la mujer y el recién concebido. Entonces lo transformo en una bandera política en programas feministas, etc.

Como Iglesia debemos Creer, Celebrar y Actuar.

Creer; Jesús Resucito y en su resurrección fuimos sumergidos en el bautismo que nos devuelve la dignidad de ser hijos de Dios, la dignidad de ser templos del Espíritu Santo.

Celebrar; vivir intensamente la oración y por excelencia la oración fundamental es la Santa Misa. Si creemos, debemos celebrar los sacramentos que nos fortalecen, nos estimulan a seguir en la carrera de la Fe. Celebrar es orientar nuestra vida y hacerla ofrenda en el santo sacrificio del altar, donde se celebra la ultima cena, la muerte y resurrección del señor Jesús. Debemos sentir la presencia de Jesucristo en la liturgia, sino es puro cumplir, es puro sentimentalismo.

Actuar; somos un pueblo que cree, somos un pueblo que celebra, estos 2 aspectos nos deben impulsar a responder con amor. El Papa Benedicto XVI cuando se reunión con los Obispo de Latinoamérica, les recordó; que deben hacer la realidad el documento de Aparecida donde nos llama a la nueva evangelización, a la misión, como discípulos de Cristo Resucitado. Es urgente la misión en nuestras casas, en la familia, en los ámbitos públicos. Creer, Celebrar trae aparejado la consecuencia de descubrir en el otro a Cristo, es decir a una persona. De este encuentro con Dios, en la celebración litúrgica, en el encuentro de todos que creemos y estamos llamados a actuar, sobre esta perspectiva se encuentra la Santa Iglesia Católica.

¡Cristo ha Resucitado!

Y desde su anuncio de amor desde los brazos extendidos en la cruz, sigue siendo la novedad que da sentido a la vida.



Por eso como lo hizo Pedro nosotros estamos llamados a mirar en el sepulcro de nuestra propia historia, de nuestra propia vida, en medio de los signo de nuestros propios fracasos, nuestras propias tristezas y miserias, hay signos de vida; hay hermanos que aman, hay gente que sirve, hay hombres y mujeres que son generosos, hay gente que son capaces de perdonar, hay gente que aun sufriendo es capaz de enjugar el rostro del hermano que sufre, hay gente que cree en la verdad, hay gente que espera en nosotros, hay niños que son vida y creen en el evangelio, hay familias que educan a sus hijos en la verdad de la resurrección.

Cristo ha resucitado y nosotros aun en la noche “era de madrugada” estamos llamados a ser la mañana, el comienzo de un tiempo nuevo. Por eso cada Domingo nos reunimos en la Misa, nos reunimos para aferrarnos a Cristo, luz de mundo.

Aunque sea pesada. Esa es nuestra tarea, por eso estamos llamados a ser testigos de la verdad así como la mañana anuncia el comenzar de un nuevo día, esa es nuestra fe. Y el mundo sigue esperando testimonios de cristianos que seamos capaces de superar la mediocridad, que nos hace incapaz de mostrar el rostro de la victoria sobre la muerte.

Todavía los cristianos estamos en deuda con la humanidad, porque no terminamos en creer del todo en la resurrección de Jesús, todavía seguimos pensando a Cristo hasta ahí nomas…

Si podemos captar el sentido del huerto, de la resurrección porque el nuevo Adán a vencido a la muerte, y que ahí se desarrolla nuestro Bautismo. Creo que si somos consientes cambiaria nuestra vida.




Quisiera dar gracias a Dios por el testimonio de hermanos y amigos que me dan esperanza en el dolor, en la enfermedad, en la tristeza y en la dificultad y son tantos… (ruben, ivan, lia, sil y guillo, tere, percyto, chango dip, mario, claudia y benjamin, el perro, sebas, P.alex, P. Justo, fer y marce, mi mama, pato, sil y eze, moni, sandra, sergitus, son tantos...)

Volvamos a mirar nuestro corazón, el corazón de nuestra familia con los ojos del resucitado. ¿Cómo miraría Jesús? Que distinto seria si miramos nuestro lugar de trabajo, de estudio, nuestra familia, con la mirada de Jesús Resucitado.
Jesús ha Resucitado

Creemos, Celebramos y actuamos vayamos a la casa y digamos a los más cercanos.

¿¡Che te has dado cuenta que Cristo a Resucitado!?