Sábado de Vigilia
Nuevamente proclamamos, anunciamos con alegría, Jesús Resucito, vale la pena vivir en cristiano, vale la pena porque las ataduras de la muerte fueron vencidas y vive para siempre, se ha vencido el enigma más grande que es la muerte. Cristo vive esa es la alegría que anunciamos y que vivimos en toda la Santa Iglesia.
La celebración nos a traído un clima de huerto, de jardín, toda la preparación desde la cuaresma, se desarrolla en un huerto, el monte del tabor, el huerto de Getsemaní, el huerto del Gólgota y de hecho Jesús fue puesto en el sepulcro en un huerto y ahí se dirigieron las mujer, como se dirigirán los apóstoles. Cuando Jesús resucitado se presenta a las mujeres dice:
¡Alégrense y díganle a los apóstoles que vayan a Galilea!
¿Qué significa esta expresión?
Es volver a la fuente de su rol de identidad, a la primera llamada, en Galilea fueron llamados los apóstoles, en galilea experimentaron el impacto del encuentro con el maestro, en galilea cambio la vida que oriento su existencia. La resurrección nos vuelve a nosotros también al origen de nuestra vocación, a la galilea de nuestra vida, a nuestro bautismo, porque nosotros fuimos bautizados en la Muerte y Resurrección de Jesús.
¿Como lo hace la celebración?
En la primera lectura escuchamos como la palabra de Dios va poniendo orden a todo lo creado, la fuerza de la palabra de Dios crea todo y le da dignidad a todos los seres en particular a los hombres y mujeres que estamos puesto como la corona de la creación, en el 6to día creo Dios al hombre, varón y mujer los creo, y le dio la orden de multiplicar la tierra y hacer de la creación un canto de alabanza a Dios. Pero en el corazón de la historia, también nace el drama del fruto del pecado.
¿Cómo responderá Dios? Entrando en el corazón del hombre.
Dios no nos ha creado para colocarnos en el lugar del castigo. Dios conoce nuestra debilidad y nuestra dureza de corazón. Conoce nuestra tendencia a separarnos de Él.
Lo que Dios quiere es abrirnos el corazón para sanarnos con su amor y amistad.
Nuestro Dios es un Dios de vida, amor y comunión, que quiere que lo acompañemos y nos convirtamos en personas de compasión y justicia. Dios no dice; “si cambias, te amare” Descubrimos que Dios nos ama y luego cambiamos y deseamos responder al amor de Dios.
Por eso en la segunda lectura, aparece la figura de nuestro Padre, Abraham;
Es signo de Jesús, el hijo obediente al Padre, el confía totalmente en lo que el Señor le pide.
Es signo del Padre Dios porque está dispuesto a dar la vida, la vida de su hijo por nosotros.
Dios le dice, Dios nos dice, Dios te llama, Dios nos llama, a ser cristianos, vuelve a llamarte hoy desde la fuerza de la resurrección de su Hijo, pero te quiere hacer un pueblo, nos quiere hacer un pueblo, cada uno con fe juntos proclamándola y anunciándola estamos llamados a ser el pueblo que pasa a través del mar rojo ¿quieres ser un pueblo que pasa de la esclavitud a la libertad de las tinieblas a la luz como experimento el pueblo de Israel?
Ellos celebran la Pascua esperando, justamente un signo es dejar la puerta abierta de la sinagoga, nosotros celebramos la Pascua confiando en que el Mesías ya esta, porque Jesucristo ha pasado de la muerte a la vida.
Celebramos la Resurrección del Señor y podemos escuchar que nos dice:
Yo confió en vos. ¡Confía en mí! El Señor Pasa:
Pasa en la capacidad para escuchar
Pasa en la oportunidad para vencer cualquier desesperación, cualquier problema, cualquier cerrazón del corazón.
Pasa en la garantía de un amor incondicional
Pasa con la capacidad de asombrarnos, nadie puede igualar la capacidad para asombrar que tiene Dios.
En la noche de la alegría Pascual, en la noche del huerto cada uno de nosotros podemos recuperar nuestro propio yo y recuperar la docilidad de la conciencia, de la fuerza de un Padre que nos abre los brazos y nos da confianza.
En la noche la mirada de Cristo puede penetrar lo profundo de la vida, el proyecto de familia y recrearlas
En la noche de la Pascua podemos descubrir que en lo hondo brilla la luz del amor que le da sentido a la existencia y podemos descubrir nuevos signos de Resurrección, de Vida. Volvemos a Galilea, para poder decir; el Alégrense que dirigió el Señor a los apóstoles. Alégrense, un llamado a la Alegría que constituye el TODO de la vida cristiana que debe impregnar a toda nuestra familia, ojala que la podamos ofrecer a nuestra Patria, la Alegría de ser cristianos, la Alegría del Resucitado.
Porque Nosotros fuimos sumergidos en la muerte de Jesús para Resucitar. Por eso podemos volver a empezar
Los chicos muchas veces buscan la noche para la diversión, para evasión… Nosotros buscamos la noche para volver a ser uno mismo y ser más humanos
Esta es la noche de la verdadera Alegría, es la madre de las Vigilias, solo esta noche fue testigo de la alegría más profunda:
La alegría que me levanta
La alegría que abre los brazos que me hace capaz de amar de verdad a mi prójimo
La alegría que me da capacidad de perdón, que me hace creativo que me da futuro que permite vencer cualquier agotamiento porque Cristo Resucito.
Esta la noche donde se perfila el rostro de un hombre nuevo. No es un hombre que mata, sino da vida, no de un hombre nuevo que agarra un arma y mata, sino un hombre nuevo que estudia, trabaja, que ama, que quiere servir, el hombre nuevo que tiene rasgo de Jesús, un rostro de Jesús que fue grabado, pintado, esculpido en el corazón de cada uno que quiere retratarse para poder seguir anunciando el amor de nuestro Padre, también en nuestro tiempo, en nuestra casa, en nuestra Patria.
Celebremos con un profundo amor, alimentado por Jesús que nos dice:
¡Alégrense Vivo, Alégrate, sigue adelante!
Vayamos a nuestra casa, mirémonos a los ojos y digamos a nuestros familiares y amigos;
¡Alégrate porque Cristo ha Resucitado!