lunes, 19 de marzo de 2012
Dios añadirá
José es un nombre masculino de origen hebreo, deriva de yôsef “añada”, del verbo, lehosif “añadir”.
Cuando terminábamos el gran año Dedicado al amparo de María, entre nosotros buscamos proclamar un nuevo año. ¿A quien estaría dedicado? ¿Quién nos acompañaría? Había muchos… luego quedo la figura de San José, la sombra del Padre, lo pusimos en oración… y Dios añadió, como lo indica su nombre, para comprender la vida de José, no podemos separarla de la vida de Jesús y María.
¿Qué nos dice la palabra de Dios? A penas un poco “era un hombre justo”
"José, su esposo, siendo justo y no queriendo denunciarla (o revelarlo), resolvió separarse secretamente (Mt 1,18-19).”
“el Ángel del Señor le dirige en sueños: “José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque Él salvará a su Pueblo de todos sus pecados” (Mt 1,20-21)
“Al despertar, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado: llevó a María a su casa” (Mt 1,24).
“tu padre y yo te buscábamos angustiados” (Lc 2,48).
Es tan poco lo que se dice pero es mucho mas lo se insinúa… el hombre justo.
El Papa Benito XVI nos decía esta meditación “El silencio de San José es un silencio impregnado de la contemplación del misterio de Dios, en una actitud de disponibilidad total a las voluntades divinas. En otras palabras, el silencio de san José no manifiesta un vacío interior, sino por el contrario, una plenitud de fe que lleva en su corazón, y guía cada uno de sus pensamientos y cada una de sus acciones. Un silencio gracias al cual José, al unísono con María, conserva la Palabra de Dios, conocida a través de las Santas Escrituras, confrontándolas permanentemente con los acontecimientos de la vida de Jesús; un silencio entretejido de oración continua, de bendición del Señor, de adoración de su voluntad y de confianza absoluta en su providencia”.
En el año dedicado a la Sagrada Familia “Comunidad de Fe” aparece San José como el humilde, el sencillo, que supo abrazar su vocación “solo soy una sombra y cuando sale el sol desaparezco” (La Sombra del Padre) un hombre de Fe y confianza.
“Dichoso el hombre que se refugia en el Señor” Salmo 34, 9
“Señor de universos, feliz el hombre que confía en Ti” Salmo 84, 13
Sigamos caminando… protégenos San José, protege a nuestros niños, protege nuestra Familia, protege el sagrario, el huerto de nuestro corazón.