martes, 6 de septiembre de 2011
el Milagro cotidiano de la vida
Todo el pueblo de Salta acude a la llamada del Señor y Virgen del Milagro. Nos Alegramos porque Cristo esta en medio de nosotros, nos alegramos porque comenzamos a vivir intensamente el Milagro, comienza la novena, es la fuerza de la Iglesia que nos invita a apuntar nuestra mirada hacia Cristo Crucificado. El se dio totalmente por nosotros, pagando el precio del amor por cada uno de nosotros, el viene a nosotros y nosotros hemos venido hacia el.
El Milagro viene en lo cotidiano, Cristo no tiene miedo al encuentro con nosotros, es más, El lo busca, lo espera y lo hace en la audacia de lo cotidiano, en el milagro cotidiano de la vida, dice en la novena;
“…no contento con haber bajado del cielo, haber instituido la Eucaristía, haber derramado tu sangre en la cruz, viniste a la ciudad de Salta como Pastor a buscar la oveja perdida…”
El Señor del Milagro nos mira… y nos dice; ¿Que buscas? ¿Porque vienes? ¿A que vienes? ¿Por temor? ¡Seguro que no! Jesús se mete en la realidad del hombre, en lo cotidiano, viene y nos dice ¡calma! ¡Paz! ¡Ten calma!
Cuando todo parece desmoronarse, cuando todo empieza a temblar, es muy difícil escuchar alguien que nos diga una palabra, como necesitamos que alguien nos ayude y nos diga una palabra de aliento; ten calma… pero nosotros mismo también tenemos que decirnos; calma, cálmate. Ten cuidado con los cristianos farmacéuticos, tienen recetas, no te ayudan pero te tiran la recetas para todos los males; te falta Fe, a no ¿cómo puede ser eso? aquí tengo las sumas teológicas de Santo Tomas para que recuperes la Fe; me cuesta aceptar el dolor, la prueba, estoy triste, ¡a no! ¿Cómo puede ser eso? Tengo una biblioteca de todos los escritos del nuestro Padre fundador, son 50 tomos.
La vida está llena de cosas afrentar… Señor del Milagro ayúdanos, ven a caminar con nosotros.
Si observamos bien, en los evangelios siempre hay una pregunta para incomodar a Jesús o para ponerlo a prueba, Jesús no evade las preguntas, sino más bien las genera, ¿Qué te sucede? ¿Por qué se quedaron dormidos? Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? Son preguntas para una sociedad llena de miedos.
El hombre busca evadir las preguntas en caminos auto-destructivos. ¿Por qué? Con que facilidad evadimos los dolores, el sufrimiento, nos cuesta enfrentarlos, siempre tiramos la pelota al otro campo…
Cristo cuando viene, nos trae vida, es el comienzo de algo distinto.
En El esta la vida y El esta en medio de nosotros venciendo la mezquindad de quien “quiere controlarlo”, basta con recordar, a la prostituta que con sus lagrimas lava su pies, escandalizando a un par de fariseos, basta con recordar a la mujer que apenas toca el borde de su manto, porque no la dejaban llegar hasta Jesús, también está el ciego llamado bartimeo, tampoco podia llegar a Jesus porque no lo dejaban. Dios sale a nuestro encuentro, hoy el Señor sale a buscarte.
Jesús cuando entra en lo común, en lo cotidiano, cuando entra en la comunidad cristiana, tiene la fuerza de decir;
¿Que buscas? ¿Qué pides? ¿Qué quieres que haga por ti?
-Señor, te pido por…
No, no detente no evadas la pregunta del Señor. El te está hablando a ti. Nada de tirar la pelota al otro campo. Te lo repite
-¿Qué quieres que haga por ti?
-¡Que vea Señor!
Jesús orienta la vida, Jesús esta cerca de nosotros…
El Señor del Milagro sigue siendo en salta y lo será, el llamada a la vida, el llamado a vivir la vida de la mano de María su Madre, nuestra Madre, Señor somos tuyos, extiende tus brazos sobre nosotros. Que sea un buen milagro, para vos y para mi, para todos.