sábado, 7 de agosto de 2010

retornar a la inocencia

Uno nuevo sol se dibuja en el firmamento y en las calles las aves alborotadas cantan, el frío deja de ser frío y hasta parece que los árboles adelantan la primavera. La luz, la música, el calor y la alegría lo ponen los niños… debemos hacer un alto en el camino… ellos parecen querernos decir algo… Dios nos quiere hablar por medio de ellos… El nos habla hace mucho tiempo por medio de ellos y no nos damos cuenta. ¿Cual es la luz que irradian los niños? ¿Que canto entonan en una sola voz? ¿Dónde sacan ese calor? Acaso no será que debemos retornar a la inocencia…. El amor nos hace libre, orienta nuestro corazón a lo verdadero y eterno, es hora de retornar a la inocencia… así como viven los niños…. libres, alegres, inocentes, es hora de retornar a Jesús.

Desde el dolor que hiere el corazón de tantas familias, te pido Señor, por la niñez. Los niños son tu regalo a cada generación, una provocación a renovar la esperanza y a construir un mundo mejor. Tú los elegiste con ternura: (Mt 9,14). Y sin embargo, tenemos tanto que crecer para construir una ciudad que no agreda a los niños.
Niños a los que se les niega el derecho a ver la luz de este mundo, Niños en la calle trabajando sin contención alguna, muchas veces usados por sus mismos padres; Niños y Niños engañados y entregados a la prostitución; Niños huérfanos de padres vivos, Niños excluidos de la educación a la que tienen derecho! Niños sin Familia. ¡Niños que son golpeados! ¡Niños que sufren el flagelo de la guerra! ¡Niños con hambre y a los pocos meses mueren por desnutrición! ¡Niños que se drogan! ¡Niños sin derecho a ser Niños!