Siguiendo el tiempo de
misericordia, peregrinando hasta Sanmaria a un pueblo llamado Sicar, encontramos
a Jesús que nos devela su perfil tan humano, tan capaz de mostrarse frágil,
fatigado, cansado, débil, “dame de beber” un Dios tan cercano al corazón del hombre, tan
humilde… a nosotros nos cuesta descubrirlo como “verdadero Hombre” no queremos contemplar y comprender que Jesús no
es un superhéroe, un “hombre espiritual”, el se acerca sediento del corazón del
hombre y genera en nosotros la sed… que se traduce en pregunta, en búsqueda, en
confianza, en abandono.
La mujer del pozo tiene 3
condiciones que no condicionan a Jesús;
1) Mujer 2) Samaritana 3)
Pecadora o mejor dicho adultera.
Conmueve ver como Jesús se acerca
con esa actitud tan respetuosa, tan misericordiosa, no excluye, no la juzga,
mucho menos le da un sermón, simplemente la hace sentir amada “dame de beber” y
cuando la tiene que poner en evidencia, reacciona dulcemente y con ternura.
—Señor, dame esa agua: así no
tendré más sed, ni tendré que venir aquí a sacarla.
El le dice:
—Anda, llama a tu marido y
vuelve.
La mujer le contesta:
—No tengo marido.
Jesús le dice:
—Tienes razón, que no tienes
marido: has tenido ya cinco y el de ahora no es tu marido. En eso has dicho la
verdad.
La mujer le dice:
—Señor, veo que tú eres un
profeta.
¿Cuál es la sed de esta mujer que
la lleva tener 5 maridos…? ¿Cuál sería su desesperación? Hay un vacio profundo
evidentemente.
“si conocieras el don de Dios”
Quisiera quedarme con este
encuentro tan vivaz en el trato que me provoca, me interpela y me invita a
suplicar a Dios, el don de la compasión… de la misericordia.
Pidamos nosotros también que nos conceda la gracia de poder ser cada día más humanos, no se trata de mundanidad,
no hay nada mas mundano que el considerarnos perfectos, el Señor no se limita,
se hace pequeño asume la naturaleza del hombre, menos en el pecado, pero la
asume y no se evade sino que la salva y nosotros siempre pensamos en que si
somos “sobrenaturales” “Espirituales” nos vamos a salvar. Y el Señor nos dice “dame
de beber” volve a la tierra, córtate las alas, tengo sed, dame de beber.
La mujer del pozo tiene 3
condiciones que no condicionan a Jesús;
1) Mujer 2) Samaritana 3)
Pecadora o mejor dicho adultera.
¿Porque no vivimos según el
estilo de Dios?