“Dame almas para amar y llévate
el resto” es el lema sacerdotal de Don Bosco que lo hizo realidad en Valdocco y en todas partes del mundo, constituye una invitación
a nosotros a dejar que Jesús llegue a todos, porque no tiene pertenencia a un grupo ni a un lugar, Jesús llama la gente desde su
trabajo… desde su estudio… y los compromete en la tarea de anunciar y proclamar
Cristo Resucito y nosotros estamos llamados a dar el testimonio de la
misericordia que no discrimina, que incluye, que abraza en misericordia, no se
trata de una amor populista, el Señor es así… nosotros tendemos a
instalarnos y una vez que lo conseguimos nos quedamos en ese lugar y el Evangelio nos invita a desinstalarnos; a escuchar al que nos necesita… a
compartir una cerveza con el que esta solo… aceptar el riesgo... a jugarnos… Tal vez
nos tendríamos que preguntar delante del Señor si nuestra actitud de cristiano
es instalada o nuestra actitud es la de peregrino y discípulo que camina con Jesús,
nos instalamos a la hora de juzgar, excluyendo a los demás? O sabemos
que tenemos que aprender y por lo tanto sirviendo aprendemos. “Dame almas para amar y llévate
el resto”
Una de sus últimas enseñanza
antes de pasar a la casa del Padre de la mano de María Auxiliadora y San José,
nos dejo una de las enseñanza más preciosa “No basta amar ellos deben darse
cuenta que son amados”
Porque nos hace bien escuchar de
labios de otros, ya sea Padre, Madre, Esposo y Esposa entre amigos, porque nos
hace bien escuchar un “te quiero” “sos importante para mi” “perdóname me
equivoque y te perdono” en definitiva; “te amo” que puede proyectar nuestra
vida en un tiempo distinto, en un tiempo que valga la pena vivirse ¿porque nos
hace bien? Porque venimos del Amor del Padre que nos invita a amar y ser amado,
“si me quieres dímelo… si me quieres, déjame que me dé cuenta, ámame con tus
palabras y actitudes y con todas las maneras y manifestaciones del amor.
En Don Bosco resalta la virtud de
la bondad y la bondad es un guante de seda que cubre una mano de hierro, nadie se
sentiría atraído por una mano tan dura… pero si la mano sabe extenderse con
suavidad y delicadeza… Don Bosco no es que carecía de defectos y debilidades
sino estuvo sujeto a flaquezas y errores, pero fue humilde en reconocer cuando debía
enmendar “la Santidad no consiste en no pecar, sino saber enmendar el pecado”
por eso pudo mostrar una bondad encantadora capaz de atraer a todos, que permitía
confiar en su presencia, en sus palabras y acciones.
Gracias por tu corazón alegre y joven, ruega por mi, ruega por mi familia y amigos, ruega por mis enemigos, de tal manera que yo también pueda decir; "dame almas para amar... y llévate el resto"