Andando ya el 2 Domingo de Adviento, celebramos la Fiesta de
la Inmaculada Concepción
El corazón de la Iglesia se pone en tensión hacia la
Navidad, es un tiempo marcado por la Esperanza y por la Humildad, toda la
iglesia se pone en esa dinámica, la Iglesia siempre está en marcha y si
queremos ser verdaderos cristianos debemos adoptar este ritmo, que es ir al
encuentro de Alguien que viene, no hay nada más dañino que quedarnos… esa
mediocridad de creer que todo lo hacemos bien y en el fondo no da testimonio al
mundo.
Cerrando estos 3 años dedicados a la trinidad en la tierra;
contemplamos a la Sagrada Familia que tuvo que emprender el viaje hacia Belén
por eso en adviento este caminar se acelera, sobre todo en María y José que son
el signo del caminante por excelencia. Esa experiencia de dejarse llevar por el
Señor, paso a paso, esa aventura de andar cansado, de contemplar el día y la
sublime noche, encierra un misterio… siempre en el camino surge algo
inesperado, siempre hay que tomar decisiones y saber dejar el equipaje que esta
de mas… hay tanto para dejar…
Decimos que es un tiempo cargado de Esperanza… en nuestro
tiempo, en donde el avance tecnológico, la manipulación y dominación científica
alcanzo sus grandes expresiones, podemos nosotros todavía esperar? Sin embargo el
hombre sigue esperando, sigue teniendo sed de esperanza. Cristo es la aurora de
un tiempo distinto… es aquí donde radica
la clave de la vida y lo vemos en las
Madres de la esperanza aquellas
que pelean por las adicciones de sus hijos, de sus esposos.
Humildad es una palabra que campea en este tiempo y que
tiene que retumbar tímidamente en el corazón, siempre esta primero; la Fama, el
Aparecer, tener razón, el Dinero y sobre todo el Éxito, que termina siendo
mucho más importante que la nobleza de vida. Si nosotros tuviéramos aquí una
persona exitoso y al lado un medico, trabajador incansable que tal vez salvo la
vida a muchos niños, estoy seguro que nuestra mirada iría al exitoso. Y esto lo
podemos llevar a nuestra vida, en el trabajo, en los movimientos y comunidades.
Sigamos con María y José contemplando la estrella, sigamos
caminando… el que espera en verdad en definitiva ya lo tiene, ya lo posee, ya
lo alcanzo en la esperanza.