Con alegre esperanza y fe enamorada comenzamos andar el año
y lo hacemos siguiendo una estrella, que nos lleva al encuentro del Bello Niño
Jesús.
Dios está cerca de nosotros y esa es la novedad que no
podemos pasar por alto. Los Magos vieron la estrella y se pusieron en camino…
como nosotros que vamos peregrinando en este valle de lágrimas…
Quien busca la
verdad y lo hace con sincero corazón se encuentra con Dios. Todo lo que Jesús
hace, dice, todo lo que Jesús es en si mismo, todo nos habla del Padre, todo es
manifestación del amor del Padre que envió a su hijo dando todo para nuestra
humanización.
En el año de la Fe estamos llamados a ponernos en camino,
como lo hicieron los magos. Estamos llamados a ver y contemplar la
manifestación de Dios en nuestra vida y en la vida de los demás.
La Epifanía nos habla de la cercanía, es una invitación a
bajarnos del caballo de la soberbia de lo intelectual para que aceptemos la verdad y la busquemos
de corazón. Es interesante ver como cuando no buscamos la verdad, nos aferramos
a ideologías, frases, doctrinas y porque no teologías dejando de lado la
verdad. Es interesante ver como la búsqueda del saber nos cierra, nos hace
cuadrados. Algunas veces calculamos y lo hacemos para ejercer poder “Señor gracias
porque no soy como aquel” y dominar al otro para creer que en uno está la llave
del destino de una comunidad, de un pueblo o de un grupo.
Para el Papa Benito XVI la Fe sin el complemento de la razón
conduce al fanatismo, mientras que la razón sin la fe no da respuestas a las
cuestiones fundamentales de la vida.
Para reavivar la fe no hay que reinventar el Evangelio, no
hacen falta nuevos programas o ideas sino hacer lo mismo con la ayuda del
Espíritu Santo. El mensaje de fondo es el mismo, el encuentro es con la misma
persona, Jesucristo que nos revela al Padre y nosotros no lo podemos hacer, ni
solos, ni juntos, la obra es de Dios. Tenemos que apostar por la Familia y en
la evangelización de los niños. Todos necesitamos ser formados.
Todavía hoy en día quedan reformas por llevar a cabo, pero
reforma no siempre es sinónimo de cambio. La reforma más urgente es la
formación… la oración; pedir la gracia de recrear nuestra conciencia nuestro
vinculo con Dios como el de un Padre amoroso que está esperando que le contemos
que lo dejemos actuar, que nos dejemos ayudar.