martes, 1 de marzo de 2011

una cosa pido al Señor



Es hora de llegar a destino... ya sabemos que somos capaces de obrar mal, sin duda ¿para que hablar? también el hombre es capaz de realizar y de ir por la vida haciendo las cosas, yo soy eficiente, yo soy capaz, yo cuido a uno y a otro, eso es lo correcto. Pero algunas veces olvidamos lo importante, olvidamos la bondad y el amor. Olvidamos lo primero, ¡olvidamos al que AMA primero!. Es importante que hablemos de su Amor, su Bondad y su Misericordia.
Yo lo digo porque un día le abrí la puerta...(en un encuentro intimo en la Convivencia con Cristo) desde ese momento El es mi fuerza, nadie me apartara de su amor, nada ni nadie, ni lo alto ni lo bajo...
Saben una cosa...
Los héroes como tal son los últimos en saberlo.
El atardecer de un hombre es el amanecer de otro.
Yo no se que hay detrás de las montañas... pero si cabalgas con la frente en alto la mirada fija y el corazón dispuesto pronto descubrirás que el Héroe que estabas buscando sos vos mismo, Dios en el corazón. Que misterio...
“Cuantos regalos, cuantas gracias... tu has venido a vivir y a sufrir dentro de mi, yo dentro de Ti...” que misterio...
Señor, dame la gracia de poder alabarte como mas te gusta, con sencillez, en Espíritu y en verdad.
Señor, permíteme predicarte sin palabras... con el ejemplo, pero como me cuesta...
Señor, permíteme proclamarte con la fuerza contagiosa de Tu alegría.
Señor, cuando me vean caminar, cuando me encuentre con alguna persona, solo te vean a Vos y no a mi, dame un corazón puro para poder ver en los demás Tu rostro... dame un corazón dócil... quiero amarte... enséñame a rezar, te entrego mi familia, mis amigos, mi nada...
Mírame Maria, Madre y Maestra, ayúdame a caminar y amar a Jesús en este valle de lagrimas, ahora y en la hora de mi muerte.
Ya pasaron 25 años...

Una cosa pido al Señor, eso buscaré:

habitar en la casa del Señor por los días de mi vida y gozar de la dulzura del Señor, contemplando su templo Salmo 26, 4.