La amistad es una epifanía, cruzando montes, caminos,
cerros, abismos, valles, cimas altísimas, desfiladeros, ríos y hasta el mismo
mar, encontramos un tesoro (la amistad) su brillo y majestuosidad era
incomparable. Pero tal vez, lo cotidiano, el hastió, la pérdida de sentido y
mil cosas más, nos quitan la capacidad del asombro. Puede ser porque cada uno
pensamos; - esto es muy mío, esta amistad me pertenece – Y olvidamos… pero si
cambiamos el muy mío por el muy nuestro… aun mas, si pensamos que todo le
pertenece a Él y ya nada es nuestro, en verdad nos uniríamos mas…
Hoy cruce el día y llegue a muy pocos pasos de mi corazón y
volví a emocionarme… EL, ELLA y Nosotros
que maravilla…
Quizás deberíamos aprender que no tenemos que aprender jeje
solo contemplar…
¿Qué cambio de ayer hasta ahora? Solo cambio la dirección del
viento, Gracias a Dios hay nuevas huellas que aparecen en el camino… es tan
simple y tan grande la palabra amigo. Todo es don, regalo de Dios.
Que estemos juntos es muy bueno, cuando Dios creó al Hombre
y a la Mujer “vio que era muy bueno” estoy muy agradecido a Dios, en esta noche
de la amistad, es muy bueno que nos demos cuenta que es muy bueno que estemos
juntos, que somos Familia, que somos Iglesia.
La amistad, la compania de los amigos es profunda como el
mar y guarda muchos secretos… bueno no quiero seguir diciendo estos ensayos
ruidosos de palabras, no hay caso basta citar el silencio para llenar todo lo
que se podía decir sin decir.