Cuando estoy centrado en mi
mismo, en mis proyectos, cuando me creo el ombligo del mundo, cuando necesito
probarme, encuentro mucha dificultad para escuchar, atender al otro y termino
excluyendo...
Esto de escuchar al otro no
significa quedar inerte, mas bien es entrar en comunión con el otro, dejando de
lado las normas, las leyes, intentar dejar brotar de lo más profundo del corazón la
compasión, escuchar significa hacer silencio y acompañar… descubrir la sed de
Dios, la sed de almas, sed que busca a un pueblo, sed que busca consuelo. En la
oración de laudes todas las mañanas el salmista reza “ojala hoy escuchen la voz
del Señor no endurezcan sus corazones” cuanto bien nos hace escuchar… cuanto
bien nos hace que nos escuchen, cuanto bien nos enriquece los testimonios de
vida, nadie puede creer si no escucha de alguien ¡Cristo Resucito! escuchar
significa salir… escuchando conocemos y conociendo somos libres y siendo libres
somos amados y podemos amar a los demás.