martes, 31 de enero de 2012

Si quieres te acompaño... Don Bosco


Salve Don Bosco Santo joven de corazón” la Iglesia canta a una sola voz.

Alguien me contaba en estos días, que había visto la película de Don Bosco, muy entusiasta me dijo; “me conmueve ver como Don Bosco confiaba en los jóvenes”

No me cansare de repetirlo, los jóvenes no son el futuro de la Iglesia, no lo son, son el presente. No quiero decir que los adultos y los ancianos quedan apartados, sino que debemos prestar atención a los jóvenes, como lo hizo Don Bosco, Padre y Maestro de la juventud. ¿Confías en los Jóvenes? ¿Joven confías en los adultos y ancianos? Tere en muchas ocasiones me repetía esta frase de Don Bosco;

“la Familiaridad engendra afecto, el afecto engendra confianza y la confianza abre el corazón del Joven”,

la Familiaridad, debemos volver a confiar en los Jóvenes, Jesús en la cruz, confió en los jóvenes, nos confió a María “ahí tienes a tu Madre y el discípulo la recibió desde aquel entonces…” y para tirar un dato más era el Discípulo mas “joven” Juan, donde estaban los adultos. Hace muchas décadas en la Iglesia, el Espíritu Santo viene soplando con más fuerza para que los Pastores, Las Parroquias, las Comunidades, presten atención a los jóvenes ¿y nosotros nos cuestionamos esto? Sin duda el Beato Juan Pablo II fue un precursor de estos vientos nuevos, creando las JMJ, pero también lo es el querido Papa Benito XVI.

“un deseo del Papa es una orden. Don Bosco”

Al comenzar el año el Papa celebrando la Jornada Mundial de la Paz da un mensaje a la humanidad, esta vez les habla a los mayores y les habla a los jóvenes. “Educar a los jóvenes en la justicia y la paz”.

Quisiera destacar la importancia que le está dando el Papa Benito XVI a los jóvenes, como constructores de un futuro nuevo. Él les desea a los jóvenes que tengan “ojos capaces de ver cosas nuevas”. Él quiere invitar a cada uno de los jóvenes a saber mirar, -ya que al joven la gusta la novedad- que sepan mirar la verdadera novedad que nunca envejece, que nunca se agota, que es la presencia de Jesucristo entre nosotros.

En un mundo en crisis, porque se socavaron los pilares fundamentales el Papa nos dice: “En esta oscuridad, sin embargo, el corazón del hombre no cesa de esperar la aurora… Se percibe de manera especialmente viva y visible en los jóvenes”, y por eso Su Santidad manifiesta la necesidad de educarlos en la justicia y en la paz, incitándolos a que aprecien el valor positivo de la vida y suscitando el deseo de gastar la vida al servicio del bien. Al mismo tiempo, que se hace este acto de confianza en los jóvenes, el Papa nos dice que “comprometernos en la educación es un acto de esperanza”.

“La educación es la aventura más fascinante y difícil de la vida. Educar significa conducir fuera de sí mismos para introducirlos en la realidad, hacia una plenitud que hace crecer a la persona”. En la educación se juegan tres elementos profundamente humanos: la libertad, porque educar es el encuentro de libertades; la responsabilidad, de quien se educa y del educador, que tiene que darse a sí mismo y el testimonio, porque sólo el testigo educa de verdad.

¿Dónde educar? El Papa nos propone en la familia, en las instituciones educativas,
en la Comunidades Parroquiales, en las instituciones y comunidades religiosas, en los medios de comunicación. También se dirige a los jóvenes para pedirles que no se cansen y que se entusiasmen para crecer en la libertad y educarse como personas.

A partir de ese llamado que estimula para que seamos portadores de paz comprometiéndonos en la educación de los jóvenes en la justicia y en la paz, el Papa apunta primero a educar en la verdad y en la libertad; después en la justicia y luego en la paz.

Quizás un gran problema de nuestra época es no valorar la verdad. ¿Por qué elegís esa carrera? ¿Por qué elegís casarte con ese muchacho o con esa chica? ¿Qué es lo que te mueve? Muchas veces, jóvenes y adultos, elegimos cosas movidos por el dinero, incluso el sistema mismo distribuye el conocimiento de acuerdo a las utilidades… La libertad es un bien precioso, nos dice el Papa, pero delicado porque se puede usar y entender mal. Y el que sólo piensa la libertad para acumular, para gozar y pone en el centro de la orientación de la libertad al yo, termina siendo un esclavo de su propio yo y se separa de los demás en un autismo existencial que destruye vidas. Fíjense cuántos matrimonios fracasan en nuestra época al poco tiempo de constituirse.

Tenemos que entender de un buena vez; no somos libres para ser libres, sino para ser mas humanos, No es más libre aquel que pasa el día tendido en la cama sin hacer nada, más libre es aquel que sabe hacer de su vida una ofrenda…
El Papa nos dice que hay que educar en la justicia, una justicia que se base no sólo en exigir derechos sino también en reconocer que hay cosas que nos son “dadas” y por ello admitir que la gratuidad y la gratitud forman parte del sentido de la justicia.
Las cortinas del atardecer se van desplegando…
Don Bosco ayúdanos a confiar en los Jóvenes, ayuda a los Jóvenes a confiar en los adultos y ancianos. Gracias por acercarnos a Jesús en la Eucaristía, gracias por enseñarnos que de la mano de María podemos encontrar a Jesús, hoy todos los jóvenes te cantamos;

¡Salve Don Bosco Santo joven de corazón!

¡Ruega por nosotros!

Nos vemos en el paraíso.