Entramos con
alegría al Milagro, cargado de emociones y alegrías… pero también cargado de
dolores y pruebas… la vida misma que mirada y vivida al compás del Milagro
adquiere significado.
Entrar en el
Milagro es descubrir a un Dios que se preocupa por sus hijos. Estamos hechos
para ser hijos. Muchas veces en la vida hemos sentido que se nos mueve el piso;
peleas familiares, desencuentros, dolores profundos en el alma, heridas del
pasado que son reflotadas al presente, traiciones… se nos mueve el piso… ¿dónde
mirar? El pueblo de Salta supo escuchar la llamada de Dios “hasta que no me
saquen a la calles no cesaran los terremotos” es la invitación de Jesús que
suspendido en el madero quiere a transitar en procesión los caminos de tu
corazón… “el amor que busca amor”
Sana los
matrimonios, ayúdanos a mirar la vida matrimonial no como sueldos que se
juntan, o economías paralelas, sino a reconocerlo como camino de Santidad, a
reconocer que somos uno para llevar adelante el yugo, de ahí que viene la
palabra cónyuge y que podemos llevarlo porque tú nos has bendecido porque tú te
reflejas en cada esposo, en cada esposa.
Señor sana
nuestro vinculo de noviazgo para que sea una escuela de don generoso y no de un
egoísmo compartido.
Señor sana
nuestros vínculos laborales, hemos perdido el sentido del compañerismo y ahora
nos miramos como competidores, “tengo que subir escalones de poder... tengo que
dominar a los otros” o queremos abusar del otro, es la vieja tentación del
menor esfuerzo, “mejor movete por la picardía, deja que el otro ya lo va hacer
por vos” ¿dónde está el compañerismo?
Señor sana
nuestros vínculos comunitarios, todavía hoy nos cuesta abrir las puertas de par
en par, todavía nos cuesta vencer el miedo que nos esclaviza, el miedo que nos
hace hijos de la ley, sana nuestros vínculos comunitarios “el que quiera ser el
primero, que sea el último” el que quiere ser servidor que lave los pies...
como nos cuesta vencer el orgullo y la soberbia, como nos cuesta lavar los pies...
Y los vínculos
con la vida ¿cómo están? En el fondo tenemos miedo a la vida por eso buscamos
la seguridad, nuestra propia protección, es tan grave el temor a la vida que
hasta de los niños tenemos miedo, lo consideramos como unos rivales, desde el
seno de la madre hasta los pequeños niños que caminan.
Entremos al
Milagro gozosos y con mucha paz… es un tiempo de Gracia! Que tiene como don la Celebración de 2
Matrimonios, Cinta y Alejo – Lía y Luis, a ellos te los encomendamos Señor!
Maria del Milagro gloria de este pueblo en quien siempre haya todo su remedio, estas invitada a las Bodas!