viernes, 17 de junio de 2011

jueves, 9 de junio de 2011

El Estilo de Dios es la corrección


Caminando junto con Jesús vamos aprendiendo el estilo de Dios.
El nos va enseñando poco a poco y muchas veces lo hace por medio de los demás o de las cosas que florecen día a día… Nos enseña a mirar más allá... hacia los límites del amor que no tiene límites.

Nosotros tenemos la tendencia justamente por nuestros límites y ataduras, a encerrarnos y a querer encerrar todo en los campos de nuestra propia mente y Dios nos va mostrando el camino hacia la verdadera libertad, el camino humano, el camino del amor... unos de sus senderos es el perdón, la prudencia, el arrojo, el sosiego... pero sobre todo el sendero de la corrección.

“El misterio de la puerta estrecha...”
A veces creemos q el misterio de la salvación es la perfección humana, creemos que nos vamos a salvar si somos perfectos, yo soy virtuoso... lo cual devela, pone en manifiesto nuestra actitud de fariseo, yo hago mejor las cosas, yo no soy como aquel... y no es así la relación con Dios. El tiene un plan, una misión, un sueño para cada uno de nosotros. El nos deja libre pero a la vez nos va acompañando... porque la libertad nos va llevando a tomar decisiones que tienen consecuencias.
A nosotros nos gusta tomar decisiones pero nos cuesta asumir las consecuencias; yo hago esto... y no afecta al otro... No, no hermano, esto que vos hiciste afecta a Tu Mama, tu Papa, a tus Hermanos, Amigos. Debemos asumir la responsabilidad.

No somos dueños absolutos de todo, cuando no nos salen las cosas como queremos nos cuesta aceptar… y florecen los cuestionamientos a Dios ¿Por qué paso esto... porque...? queremos dominar la historia y saber quien se salva y quien no. Es como la actitud de la persona que se presenta a Jesús y le pregunta; “Señor ¿es verdad que son pocos los que se salvan?”

“Hijo mío no desprecies la corrección del Señor y cuando te corrijan no te desalientes porque el Señor a quien ama, le reprende Hebreo 12,5” primero, esto no significa salir a corregir y tirar a nuestro antojo correcciones, ya que esta convive con la prudencia. Nuestro querido Papa Benito XVI nos dice que la verdad debe estar unidad al amor, sino la verdad no es verdad. Además esta palabra no nos llama a corregir, sino a estar atentos a las correcciones del Señor.
“el Señor a quien ama le reprende”
Es verdad que toda corrección en el momento de recibirla (cuando es del Señor) es causa de tristeza y no de alegría, pero luego más tarde produce frutos de paz y justicia.

En la vida hay momentos para sufrir, para estar alegres muchas veces son momentos para aprovechar o atender... algo nos quiere decir Dios, algo resuena en el corazón....
El amor de Dios es un llamado de libertad y la libertad se aprende ejerciéndola pero ejerciéndola cuando se orienta hacia el bien, como nosotros creemos que la libertad es hacer lo que queremos, sin consecuencia y cuando nos enfrentamos con las consecuencias nos sentimos descolocados, nos cuesta entender que el dolor es parte de la vida, y no me refiero solo al dolor físico sino también al dolor espiritual; porque las cosas no salen bien o porque no encontramos respuestas como quisiéramos, Dios no invita a trascender nuestros propios límites y ahí, el aprendizaje de ir mas allá cuesta ¿cuesta? Si. Dios nos invita a ponernos en el camino y asumir la vida como un desafío de abrir el corazón.

Vivir el estilo de Dios, no se aprende de un solo día, sino de a poco, muy de a poco y aprender el estilo de Dios, dejarme corregir por el Señor, significa que me desinstale de mis pensamientos, mis amigos, mis cosas, “MI”... y abrir el corazón con generosidad.


(Dedicado a todos los que me corrigen… y me ayudan a leer las cosas, los hechos, las vivencias que experimento día a día, a todos Gracias en especial a Sergitus y Percyto)