gran verdad...

¿Has visto alguna vez una flor que por perfumar pida un aplauso o una estrella que por brillar, reclame premio?

Todo lo contempla en su corazon

La dulzura canta en su silencio, un blanco silencio, igual que cuando caen copos de nieve, un silencio lleno y vacio, lleno de Dios y vacio de sí misma. Siempre tiene a flor de labios una palabra mágica: hágase y cada vez que la pronuncia aparece revestida de una belleza que no es de este mundo. Cuando los vientos de la adversidad golpean nuestras puertas ella aparece y permanece serena. Cada lágrima es un bálsamo para nosotros. Dice siempre; no soy más que la esclava del Señor. ¿Y qué otra cosa podría decir yo?....
No quiero ser otra cosa, sino un pozo de aguas claras que reflejen la figura pobre y humilde de mi Madre. La Esclava del Señor.

(El Pobre de Nazareth P. Larrañaga)